En los parlamentos de los países que conforman la Unión Europea (UE) las fuerzas de extrema derecha hace años que arraigan y con los últimos comicios alemanes esta tendencia se consolida. El pasado domingo, 10,3 millones de alemanes han votado por Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones federales alemanes, convirtiendo la formación en la segunda fuerza parlamentaria. Según un análisis de la ACN de los resultados de los últimos comicios legislativos sumados, las formaciones con representación en alguno de los tres grupos a la derecha del Partido Popular —Conservadores y Reformistas Europeos, Patriotas por Europa y Europa de las Naciones Soberanas—, más partidos ultras de la Eurocámara no adscritos, se sitúan en unos 61,5 millones de sufragios, un 25,5% del total, dos puntos más que antes de los comicios en Alemania.
La AfD ha duplicado resultados en estos últimos comicios y ha conseguido su mejor resultado. Este crecimiento se suma al incremento de apoyo de los ultras en otras cámaras legislativas de miembros de la Unión Europea. La extrema derecha alemana desbanca así los 9,3 millones de Agrupación Nacional, de Marine Le Pen, en la primera vuelta de las elecciones a la Asamblea Francesa el junio pasado.
Sin embargo, la AfD se ha quedado lejos del porcentaje de votos que obtuvo el Fidesz de Viktor Orbán en las últimas legislativas húngaras (un 54,1%) el más alto del club comunitario de entre los partidos a la derecha de los conservadores.
Hungría, República Checa, Italia y Francia: otros bastiones de la extrema derecha
El país de la Unión Europea donde la extrema derecha tiene más fuerza es Hungría. De hecho, de las legislaturas en marcha en la UE, la húngara es la más marcada por la ultraderecha, con un 60% de votos en Fidesz y al Movimiento Nuestra Patria (MHM). En segundo lugar, está la República Checa, donde la suma de varios partidos encabezados por la ANO, miembro del grupo Patriotas por Europa, agrupa el 40% de los apoyos. Ley y Justicia —fundado por los hermanos Kaczyński— y otros partidos menores colocan a Polonia tercera, con un 35,6%.
Pero uno de los casos más destacados se produjo en las últimas elecciones legislativas en Italia, en septiembre del 2022, las cuales propiciaron un ascenso meteórico de Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, que fue validado por una cuarta parte de los electores. Sumado a la Liga Norte de Matteo Salvini, el porcentaje subió al 34,8%, ocho décimas más que la suma de Reagrupamiento Nacional y Reconquista, de Éric Zemmour, en Francia.
En el otro lado del tablero europeo, ninguno de los partidos con representación en los parlamentos de Eslovenia, Irlanda o Malta es miembro de ninguna de las tres formaciones europeas a la derecha de los populares en la Eurocámara. Los tres países son los únicos donde la extrema derecha de momento no se ha hecho un agujero, mientras que en Eslovaquia (4,8%), Chipre (6,8%), Grecia (8,6%), Luxemburgo (9,3%) y Croacia (9,6%) las cifras están por debajo de uno de cada diez votos. El 12,4% de sufragios obtenidos por Vox en las elecciones generales españolas de julio de 2023 sitúan al Estado en la franja baja de apoyos a la extrema derecha a escala comunitaria.