El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, ha confirmado este domingo que hay nueve ciudadanos españoles en Siria y que solo uno de ellos ha pedido marcharse del país después de la caída del régimen de Bashar al-Asad. En concreto, se trata de cinco mujeres casadas con ciudadanos sirios y cuatro cooperantes que Albares ha confirmado que "están bien". El ministro ha asegurado que, a pesar de los acontecimientos, "la situación no indica que tenga que haber ningún tipo de caos" y ha descartado por ahora una evacuación. Asimismo, el diplomático ha explicado que "la colonia española es muy pequeña", está repartida por diferentes zonas del país y se ha centrado en comprobar que todo el mundo "se encuentra bien". De todos modos, Albares ha confesado que en estos momentos tampoco se podría llevar a cabo ninguna evacuación, porque tanto la frontera con el Líbano como el aeropuerto de Damasco están cerrados.

La máxima autoridad de la diplomacia española ha admitido en una entrevista en la televisión pública que "a todos nos ha sorprendido la celeridad con la que ha tenido lugar" la ofensiva rebelde que "ha hundido" al régimen de Al-Asad después de tomar el control de las principales ciudades del país en 11 días. Albares ha defendido que "a todo el mundo le interesa una Siria pacífica y estable" y ha advertido que "se tiene que evitar que se produzca una balcanización de las diferentes regiones de Siria en manos de diferentes grupos". En este sentido, el ministro ha destacado la importancia de que sea el pueblo sirio el que decida "cómo quiere ser gobernado", manteniendo "la integridad territorial del país".

Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación ha hecho un llamamiento en un comunicado a qué "los acontecimientos históricos que vive el país conduzcan a una transición política pacífica e inclusiva". El departamento ha solicitado que el traspaso de poder ocurra "según los términos" de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, un documento que insta a garantizar "la unidad, soberanía e integridad territorial del país" y ha puesto énfasis en la protección a los civiles y la seguridad de la diáspora siria que decida volver a su casa. A estas alturas, el primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, ha asegurado que dará la mano a "todo sirio que se interese por este país para preservar las instituciones". El mandatario ha explicado que "este asunto lo abordará cualquier liderazgo que escoja el pueblo y estamos dispuestos a cooperar para ofrecer todo tipo de facilidades y para entregar los expedientes gubernamentales sin problemas".

Europa celebra la caída de Al-Asad

El ministro Albares ha explicado que está analizando la situación con sus homólogos europeos mientras algunos ya han expresado su satisfacción por la caída del régimen. El ministerio de Exteriores francés ha asegurado que este es un "día histórico" para Siria y su pueblo, ya que la caída del gobierno supone el fin de "más de 13 años de represión extremadamente violenta". "Bashar al-Asad deja un país sin sangre, vaciado de gran parte de su población que, si no ha sido sometida al exilio, ha sido masacrada, torturada y bombardeada con armas químicas por el régimen y sus aliados. Francia rinde homenaje a todas sus víctimas", ha subrayado en un comunicado.

El canciller alemán, Olaf Scholz, ha resaltado a la vez que el fin de Al-Asad es "una buena noticia". "Lo más importante ahora es que se restablezca rápidamente la ley y el orden en Siria. Todas las comunidades religiosas y todas las minorías tienen que disfrutar de protección ahora y en el futuro", ha subrayado en la red social X. Por su parte, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, ha coincidido que el final de Al-Asad es "un primer gran suspiro de alivio para millones de personas después de una eternidad de horrores cometidos por el régimen".