La palabra independencia ya vuelve a sonar con fuerza en el Canadá y no es por el Quebec sino por Alberta, una de las diez provincias que, con los tres territorios conforman las trece entidades federales del país. Su capital es Edmonton y su ciudad más poblada, Calgary.
"Buscamos la independencia de Alberta porque el gobierno central en Ottawa sigue abusando de nuestra región a través de impuestos altos y regulaciones destinadas a desindustrializar nuestro sector del petróleo y gas", detalla Peter Downing, el fundador de Wexit Alberta, una plataforma que busca la independencia de la región. "El actual primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el exprimer ministro Stephen Harper, han declarado públicamente que el sector del petróleo de Alberta tiene que ser eliminado". E insiste: "Ontario y Quebec tienen 199 asientos en el Parlamento federal del país mientras que Alberta sólo tiene 34. En las pasadas elecciones, el primer ministro fue escogido antes de que acabáramos de votar. Nuestro voto nacional no cuenta".
Este deseo de independencia, sin embargo, no es nuevo. "Esta idea empezó a finales de la década de 1970 y 1980, pero el oeste de Canadá –Columbia Británica, Alberta, Saskatchewan y Manitoba– siempre ha estado políticamente subordinado al este –Isla del Príncipe Eduardo, Nuevo Brunswick, Nueva Escocia, Ontario, Quebec y Terranova y Labrador–".
"Nuestra riqueza en recursos naturales, combinada con nuestra población más joven, nos ha convertido en un blanco fácil para una población envejecida del este de Canadá que quiere servicios sociales totalmente financiados sin pagar el precio de sus propios programas". Y remarca que "a diferencia de las democracias avanzadas como Australia, Alemania y Estados Unidos, Canadá no tiene un Senado o Parlamento superior efectivo para garantizar el equilibrio regional".
¿De dónde viene el deseo de independencia?
Según resaltan desde la plataforma, del trato desigual de las regiones federales que conforman el Canadá. Como en muchos procesos de independencia a lo largo de la historia, la región de Alberta se ha sentido maltratada y menospreciada por el resto del país. "Por ejemplo, las provincias del este canadiense de Nuevo Brunswick y Nueva Escocia tienen una población de menos de un millón de personas, pero tienen 10 escaños en el Senado cada una. Alberta tiene 4,2 millones de personas pero sólo 6 escaños en el Senado", detalla Downing.
También pagamos en Ottawa en torno a 41 mil millones de dólares en impuestos mientras que recibimos muy poco a cambio. Hemos pagado en Ottawa 622 mil millones desde que empezó el programa nacional de ecualización el año 1957. Pero sólo recibimos 1,6 mil millones en préstamos reembolsable cuando nuestro sector de petróleo y gas perdió 100.000 puestos de trabajo desde la caída global de los precios del petróleo", se queja.
Los pagos de ecualización son las transferencias monetarias hechas en algunos sistemas de gobierno federales desde el gobierno federal a los gobiernos de las diferentes entidades territoriales. El objetivo de estas "transferencias" es reducir las diferencias de los ingresos públicos disponibles o en el coste de los servicios.
Diferencias y similitudes con otros procesos independentistas
El fundador de plataforma Wexit Alberta explica que la región nunca ha tenido nada que decir en la confederación de Canadá. "Nuestra región fue legislada en Canadá por ley del rey de Inglaterra el año 1905. La propia confederación fue un acuerdo político entre Ontario –para proteger los intereses políticos y económicos– y Gran Bretaña –quería ser relevado del coste de defender Canadá. El oeste de Canadá ni siquiera participó en las discusiones".
Preguntado por la similitud con el proceso de independencia del Quebec, Downing detalla que este "se basó en la identidad nacional, el idioma y la cultura". En el caso de Alberta pero es diferente. "Nuestro deseo de independencia es proteger nuestra industria y nuestra forma de vida de un gobierno federal cada vez más socialista y globalista".
Pero como en el caso catalán la viabilidad de independencia también ha sido cuestionada. "Nuestra independencia es viable", asegura. "Para considerar la viabilidad, algunos economistas destacados han detallado que Alberta tiene más razones para separarse del Canadá que el Reino Unido para hacerlo de la Unión Europea". Asimismo, expone que "nuestra posición geopolítica nos permite fortalecer nuestra relación económica, diplomática y de seguridad con los Estados Unidos".
Por otra parte, desde la plataforma exponen que "Canadá puede estar seguro que si imponen los aranceles elevados y restricciones comerciales a Alberta, tenemos la capacidad de evitar el acceso del este de Canadá a la costa del pacífico y su capacidad de beneficiarse del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) de 28,5% millones de dólares. Sería la destrucción económica para el este del país".
¿Y qué pasa si comparamos el proceso de Alberta con Catalunya? Downing detalla que Alberta y Canadá son territorios mucho más jóvenes que Catalunya y España, que tienen una historia mucho más larga. "A pesar de todo, reconocemos que todas las personas que luchan por la independencia nos miran como un modelo de separación legal y pacífica". Y subraya que "el mundo está ahora mirando a Alberta".