Alemania es uno de los países de la Unión Europea más dependientes del gas ruso, hecho que les ha dejado en una posición muy vulnerable ante la crisis energética que se ha desatado a raíz de la invasión de Rusia en Ucrania. La energía rusa se ha convertido en un gran punto caliente de la crisis que rodea la guerra en Ucrania. Sanciones y amenazas de cerrar el grifo se han ido intercambiando entre los miembros de la UE y Rusia. En este contexto, Alemania ha declarado el nivel de "alerta temprana" de su plan de emergencia energética ante el riesgo de un corte eventual del suministro de gas ruso. La posibilidad de que este corte se acabe produciendo es cada vez más probable después de que el G7 y la UE han rechazado las exigencias de Moscú de pagar el combustible en rublos.
Alemania hace las primeras pasas para prepararse por este posible escenario. El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, ha confirmado en una declaración pública la activación del nivel de "alerta temprana", es decir, la primera fase de tres que contempla este plan que busca garantizar el suministro alemán. Con esta activación de la fase 1, se establecerá un grupo de trabajo dentro del Ministerio de Economía que se encargará de supervisar diariamente la situación y las reservas, que actualmente se encuentran al 25% de la capacidad. "Tenemos que aumentar las medidas de precaución para estar preparados para una escalada por parte de Rusia. Con la declaración del nivel de alerta temprana, se ha creado un equipo de crisis", ha afirmado el ministro. Según el Financial Times, el plan de emergencia alemán contempla situaciones extremas, donde incluso se tenga que desconectar parte de la red industrial, pero no los hogares, que serían la prioridad del suministro.
Portazo a las demandas de Moscú
La activación de la primera parte del plan de emergencia llega pocas horas después de que tanto la UE como el G7 se negaran a acatar las exigencias de Rusia para que los países pagaran su gas en rublos. Se trata de una medida desesperada para fortalecer su moda, la cual ha sido una de las grandes perjudicadas de la crisis económica posterior a la invasión.
La Unión Europea rechazó pagar en rublos por las compras de gas a proveedores rusos, una decisión consensuada con los líderes del G7. Según explicó un portavoz de la Comisión Europea, los ministros de Energía del G7 y la comisaria de Energía, Kadri Sismon, acordaron por unanimidad rechazar las demandas de Rusia de pagar el suministro de gas ruso en rublos, según recopilación Europa Press.