El gobierno alemán ha anunciado este jueves un paquete de medidas en materia de seguridad y migración como reacción al atentado que la semana pasada dejó tres muertos en el municipio de Solingen, que fue perpetrado presuntamente por un hombre de origen sirio que habría tenido que ser deportado con anterioridad y que juró lealtad al grupo yihadista Estado Islámico (EI). Se prohibirá llevar cuchillos en acontecimientos públicos, como festivales populares, acontecimientos deportivos, ferias, exposiciones, mercados y acontecimientos similares; se intensificará "la lucha contra el islamismo" y se agilizarán las deportaciones de solicitantes de asilo que ya hayan registrado peticiones en otros países europeos, como supuestamente era el caso del autor del apuñalamiento múltiple. Así lo ha anunciado la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, en una rueda de prensa este jueves en la cual también han estado presentes el ministro de Justicia, el liberal Marco Buschann y una representante del vicecanciller, el verde Robert Habeck.

Con respecto a la prohibición de cuchillos, Faeser ha anunciado que habrá excepciones, como puede ser el caso de los restauradores, y que se otorgarán más competencias a los estados federados para que también impongan restricciones en zonas con elevada criminalidad y en trenes y autobuses. Para poder asegurar el cumplimiento de esta prohibición, la policía federal hará controles aleatorios. Con el fin de impulsar "la lucha contra el islamismo", se otorgará competencias extra a las autoridades, como dar permiso a la policía para utilizar la inteligencia artificial para facilitar la búsqueda de sospechosos en redes sociales a partir de datos biométricos. También se creará un grupo de trabajo de prevención del islamismo radical, especialmente en Internet.

En el ámbito de política migratoria, los esfuerzos se destinarán a agilizar las deportaciones de solicitantes de asilo que ya habían registrado peticiones en otros países europeos, y también se eliminarán las prestaciones para estas personas. "Hace falta deportar más rápidamente y deportar más eficazmente", aseguró el titular de Justicia, después de señalar que hay "decenas de miles" de deportaciones posibles legalmente que fracasan cada año porque no se puede localizar al individuo en cuestión. Eso es lo que aparentemente sucedió en el caso del autor del atentado. "Se daban los requisitos legales y la deportación estaba preparada", ha afirmado Buschmann, que ha explicado que en aquel caso la deportación fracasó porque no se lo pudo encontrar y, después de expirar los plazos, Alemania se convirtió en legalmente responsable de "mantenerlo y alojarlo".

Otras medidas de política migratoria incluirán endurecer los criterios para deportar personas que hayan cometido actos de violencia con cuchillos y seguir trabajando para hacer posibles las deportaciones de criminales convictos en Siria y en Afganistán, hecho que ahora no es posible a causa de la ausencia de relaciones diplomáticas con estos países.