El pasado lunes Alemania dejó de recibir gas ruso del disputado gasoducto Nord Stream. El grifo del gas ruso no se cerró por los chantajes del Kremlin con respecto a la invasión de Ucrania, sino que se trata de un corte que hacía tiempo que estaba planeado por motivos de mantenimiento. Aunque se trata de un paro del servicio planificado, Alemania teme que dentro del contexto bélico actual, el corte temporal acabe siendo definitivo y por eso han alertado de una situación de emergencia si no se reanudan los envíos.
El Gobierno alemán no quiso especular sobre lo que pasará después del día 21, fecha oficial en que tendrían que acabar las tareas de mantenimiento y quedaría restablecido el flujo de gas ruso, aunque reconoció que la situación es "tensa" y "muy seria". A pesar de todo, Susanne Ungrad, portavoz adjunta de Economía, ha afirmado que "hoy por hoy la seguridad del suministro está garantizada". A pesar de estar garantizada, el pasado 23 de junio, al estado alemán entró en vigor el nivel de alerta del plan de emergencia, declarado entonces ante la disminución del suministro procedente de Rusia y los precios elevados.
Desde el gobierno alemán se recuerda que hasta el momento el mercado sigue siendo capaz de hacer frente a esta interrupción sin necesidad de adoptar medidas no basadas en el mercado. Los problemas empezarían si llegara el 21 de julio y el gas no volviera a fluir. En general, los depósitos en Alemania están llenos hasta el 64,6% y se aspira a niveles del 80% el 1 de octubre y del 90% el 1 de noviembre para poder hacer frente a los meses fríos, según informa Efe.
Canadá responde, malestar en Ucrania
El gobierno de Canadá decidió conceder los permisos para el retorno a Alemania de unas turbinas para el gasoducto Nord Stream 1 ante las preocupaciones alemanas. La turbina estaba siendo reparada en el país americano y según varios medios alemanes, de la devolución a Rusia podría depender que el gasoducto se reabra a tiempo. Por lo tanto, se trata de un movimiento para garantizar llegar a la fecha límite del 21 de julio.
Si bien es una acción que se ha valorado desde Alemania, no ha sido bien recibida en Ucrania. El Ministerio de Exteriores ucraniano ha manifestado su "decepción" ante la decisión canadiense, ya que, según ha afirmado, abre la puerta a que Rusia siga utilizando la energía como "arma híbrida" contra Europa. Es decir, considera que solo se está ayudando a mantener el poder ruso para hacer chantajes con el gas en Europa.
El malestar ucraniano ha llegado a tal punto que Kyiv ha convocado al encargado de negocios de Canadá para tratar el tema. "Este peligroso precedente va en contra del estado de derecho y solo tendrá una consecuencia, reforzar el sentimiento de impunidad de Moscú," han señalado los Ministerios de Exteriores y de Energía ucranianos en un comunicado conjunto.