La tasa de paro en Dinamarca está en mínimos históricos, un 3,3% de parados que representan 140.000 personas en un país de 3,6 millones de habitantes en edad laboral. A la contra, la demanda es muy alta y de forma urgente, se necesitan 32.000 trabajadores para ocupar diferentes cargos y sectores, desde el hostelería pasando por la construcción, la logística, el transporte de mercancías o el de pasajeros, como conductores de taxis y autobuses. Este llamamiento también se refleja en el portal web mayor donde se publica la bolsa de trabajo actual del país, Jobindex, donde cada día se ofrecen mil plazas de trabajo.
Perfil del trabajador
Todo, provoca que el número de ofertas de trabajo en Dinamarca esté a su nivel más alto desde hace más de una década, según las nuevas cifras publicadas. El segundo trimestre del 2021 se registraron un total de 53.500 vacantes del sector privado, un aumento de 14.000 con respecto al trimestre anterior y el número más alto en los 11 años que se han registrado los datos, según Statistics Denmark. Las dos tendencias son una evidencia de cómo se ha resuelto el impacto económico del coronavirus, según Jeppe Juul Borre, economista sénior de Arbejdernes Landsbank: "Es un placer ver que la economía danesa se ha movido tan bien". Ahora bien, los extremos nunca son buenos y alerta la otra cara de la moneda: "Cada vez más empresas denuncian una falta de mano de obra".
La necesidad de mano de obra se ha convertido en un tema de discusión política las últimas semanas. A principios de esta semana, el gobierno presentó propuestas que, según afirma, aumentarán el número de trabajadores en el mercado. Estas propuestas incluyen recortar el pago mensual estándar del seguro de paro para los nuevos graduados, así como acortar el periodo de elegibilidad. El gobierno argumenta que eso animará a los graduados universitarios a ocupar trabajo antes, incluido el trabajo no cualificado fuera de su área de especialización, si hace falta.
Políticas migratorias
Unas medidas que están lejos de devolver a las leyes anteriores. La principal razón de esta falta de mano laboral es una ley que prohíbe la contratación de trabajadores de fuera de la Unión Europea que no reciban un salario anual de 450.000 coronas danesas (60.500 euros) y provoca una falta por cubrir los puestos de trabajo menos cualificados. Este tipo de políticas han ido acompañadas de otras muy críticas por su rigidez contra los inmigrantes. El gobierno socialdemócrata de Dinamarca, encabezado por la primera ministra Mette Frederiksen, fue de los primeros al avisar en la UE de que su gobierno retiraría el permiso de residencia a personas refugiadas procedentes de Siria. Alega que el país, concretamente las zonas controladas por el régimen sirio, ya son "un lugar seguro".
Este ha sido el primer país europeo que ha dado este paso, criticado por la Unión Europea y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). De momento, el Ejecutivo se niega a reducir el mínimo salarial para trabajadores extracomunitarios y su ministro de Empleo, Peter Hummelgaard, ya dejó claro que "la prioridad del gobierno es dar trabajo a las personas que estén en Dinamarca y no tengan".