La Policía austríaca ha anunciado que aumentará la seguridad durante la temporada de bailes que se celebran en Viena, después haber detectado amenazas de ataques terroristas en redes sociales por parte del grupo yihadista Estado Islámico. En verano, la cantante estadunidense Taylor Swift ya tuvo que suspender los tres conciertos en la capital austríaca de su gira Eras Tour, por la amenaza de atentado yihadista en el estadio.

El dispositivo se ha activado después de un individuo, que se identifica como miembro del grupo Estado Islámico de la Provincia del Jorasán, y que tiene su base en Afganistán y el norte de Pakistán, haya incluido los tradicionales bailes vieneses en una lista de objetivos, donde también se encontraban el Carnaval de Venecia o el Festival de Cine de Cannes. "Habrá una presencia policial significativamente mayor en el lugar para garantizar la seguridad", ha afirmado el portavoz de la Policía de Viena, David Pawlik.

El ministro del Interior, Gerhard Karner, ha señalado que sigue en vigor el nivel cuatro de alerta, el segundo más alto, que se fijó tras el ataque terrorista de Hamás a Israel en octubre de 2023, y que los bailes "están bajo observación especial", según informa la radiotelevisión pública austríaca ORF. "Habrá una presencia policial significativamente mayor en el lugar para garantizar la seguridad", ha afirmado el portavoz de la Policía de Viena, David Pawlik. En un comunicado en su página web, la Policía de Viena ha señalado que se tomarán numerosas medidas que "contribuyan a minimizar el riesgo de amenazas concretas", aunque aclara, que actualmente "no puede considerarse que haya un peligro específico".

Los bailes de Viena en peligro

La temporada de bailes es uno de los eventos principales del año de la capital alpina, al que se espera que acudan medio millón de asistentes. Más de 450 bailes, organizados por los gremios profesionales, organismos internacionales, ONG o universidades, se celebran cada año. Estos suponen una importante fuente de ingresos para la capital austríaca, con un volumen esperado de ventas este año de unos 190 millones de euros.

Como marca la tradición, casi cada gremio profesional tiene su propio baile, como los deshollinadores, que fueron de los primeros en inaugurar temporada en noviembre, con su baile en el Palacio Ferstel, en el casco histórico de Viena. Les van a seguir los bailes de los pasteleros, de los filarmónicos, de los jardineros, de los médicos, de los cafeteros, de los universitarios, entre muchos otros oficios.

Aunque la temporada ya esté empezada, algunos de los bailes más famosos se celebran en enero, como el Baile de la Flores el día 17. El broche final de esta estación será el Baile de la Ópera, el más exclusivo y grande, que se celebra el 27 de febrero. Con el Baile de los Juristas, el 1 de marzo, cerrará la temporada.