Alex Salmond murió de un infarto mientras abría un bote de ketchup, según han confirmado varios testigos. Los hechos tuvieron lugar el sábado pasado, en una comida después de una conferencia en un hotel de Macedonia del Norte —organizada por la Academia de Diplomacia Cultural—. Una vez finalizado el discurso, el exministro principal de Escocia intentó ayudar a una compañera de partido, Tasmina Ahmed-Sheikh, que tenía problemas para abrir el tarro. Desgraciadamente, se desplomó ante los presentes por culpa de un ataque cardiaco. Un equipo de ambulancias intentó reanimarlo, sin éxito.

🏴󠁧󠁢󠁳󠁣󠁴󠁿 Alex Salmond, una vida dedicada a la lucha por la independencia de Escocia
 

Uno de los testigos, Mark Donfried (director de la Academia de Diplomacia Cultural), ha relatado los hechos a Times Radio: "Estaba comiendo tranquilamente e intentando abrir el bote cuando se cayó de repente de la silla. El tiempo se detuvo durante 30 minutos, mientras intentaban resucitarlo. Todos los invitados en el hotel quedaron en estado de choque". Hay que destacar que Salmond había comentado por la mañana que sufría dolores en la pierna derecha, pero no se le dio más importancia. La autopsia del domingo indicó que el dirigente escocés había sufrido un "ataque cardiaco masivo".

Gran conmoción en Escocia por la muerte de Salmond

Según su amigo David Davis, veterano diputado conservador, el juicio por intento de violación y acoso sexual tuvo "un grave impacto en su salud", tanto física como mental (aunque fue absuelto). Después del referéndum escocés de autodeterminación, Salmond entregó un pulso personal y político con su sucesora, Nicola Sturgeon, a quien acusó de planear una venganza política. Abandonó el SNP y fundó el partido Alba, con el cual no alcanzó el mínimo del 5% de los votos necesarios para conseguir representación en Westminster en las últimas elecciones —donde el independentismo escocés cayó derrotado.

Su muerte a los 69 años provocó una gran conmoción en Escocia, donde había participado recientemente en actos de conmemoración del décimo aniversario del referéndum, en el cual ganó la permanencia en el Reino Unido. Salmond fue el promotor, habiendo liderado el país entre 2007 y 2014. La votación fue pactada con el primer ministro británico, David Cameron, y el independentismo escocés no se impuso por más de la mitad de los votos. La derrota propició la dimisión del ministro principal de Escocia, que fue sucedido por Sturgeon —que también dimitió nueve años después, en febrero de 2023.

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