El domingo pasado, con algo de retraso, empezó un esperado alto el fuego después de más de 15 meses de guerra en Gaza. La Franja ha quedado destrozada con un porcentaje alto de edificios derribados. En este contexto, de esperanza, por los dos lados, no todo suena tan bien como podría esperarse. "El alto el fuego es un acuerdo que tiene tres partes, ahora se está ejecutando la primera, y a la vista de cómo vaya esta se decidirá si se pasa a la segunda. No hay un automatismo de pasar fases. Eso significa que las dos partes se reservan el derecho de reiniciar la guerra o las hostilidades, si no se llega a un acuerdo sobre la segunda fase. Es decir, se sabe el contenido, pero no si se pondrá en marcha", destaca Alfred Tovias, profesor del departamento de relaciones internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en conversación con ElNacional.cat. La primera fase, pues, tendría que acabar a principios de marzo, con 42 dos días y 33 rehenes liberados, algunos en forma de cadáver. Todo, a cambio de la liberación de unos 1.000 palestinos que, según Israel, incluyen asesinos o que han cometido actos de sangre en el pasado, sea de la segunda Intifada o a los años 90.
"De aquí dos semanas, se tiene que empezar a negociar la segunda etapa. Entonces, se tendrán que entregar todos los rehenes a cambio de prisioneros palestinos. E Israel se tiene que retirar completamente de la Franja de Gaza", apunta también en conversación con este diario Arieh Kacowicz, profesor del mismo departamento de la Universidad Hebrea de Jerusalén. "Durante la tercera fase, se intercambiarán los cuerpos y se tendrá que hablar de la reconstrucción de Gaza de forma masiva. ¿Cuál es el problema? Que Israel no ha pensado qué quiere ver en la Franja".
El alto el fuego ha comportado que haya caído una parte del gobierno de Israel. Sin ir más lejos, Itamar Ben-Gvir, ministro de la seguridad y la policía, ha dimitido, por estar en desacuerdo con la tregua. Quien se podría caer también si el alto el fuego no se termina para volver a la guerra es el actual ministro de finanzas, Bezalel Yoel Smotrich. Tal como explica Tovias, él ha aceptado la primera fase, pero no está claro que apueste por dar continuidad a la fase dos y tres. En este sentido, destaca que quien más afán tiene para acabar con esta guerra es la oposición, porque creen que todo lo que se podía hacer militarmente en Gaza, ya se ha hecho.
La aceptación de Hamás en Gaza y Cisjordania
"La población civil de Gaza está deshecha, está cansada de la guerra y de la situación precaria. Todavía quedan dos meses de invierno y la situación humanitaria es muy mala. Por lo tanto, intuitivamente, están hartos de Hamás y de la guerra. Todo hace pensar, además, que con estos 42 días, Hamás no se habrá repuesto y la Franja, tampoco así que es lógico que presionen para el fin de la guerra", expone. "No es lo que Hamás querría, pero los palestinos ven que no obtendrán a través de la guerra ni un estado ni una normalidad. Me parece más difícil de decir, sin embargo, cuál será la decisión de Hamás. Hamás cree haber ganado la guerra, en resistencia o simbolismo. Por otra parte, sin embargo, la entrada de Trump a la presidencia da un margen de maniobra en Israel, que bajo Biden no tenía. Aunque a Trump, no le haría nada de gracia que no se pasara a la segunda fase, no lo excluye. Es inaceptable que Hamás vuelva a gestionar los asuntos civiles y militares del territorio". Kacowicz añade, en este sentido, que "Trump tiene negocios con Arabia Saudí. Y para que Arabia haga un proceso de paz con Israel, hay dos condiciones: que se acabe la guerra en Gaza, a corto plazo, y la segunda es que recomience el proceso de paz entre Israel y Palestina, con la creación de un estado palestino". De esta manera, pone énfasis en el hecho que Trump necesita a Arabia, y no a Netanyahu.
Preguntado por los planes en Gaza, Tovias destaca que no hay ninguno. "Todo eso se tiene que negociar, se tiene que hablar. El gobierno está de acuerdo con el hecho de que la Autoridad Palestina tenga función en Gaza, pero no está claro si Hamás lo quiere. Hay rumores que dicen que Hamás no tiene ni medios ni ganas de asumir la gestión civil de Gaza, pero quizás lo que quieren es quedarse con la resistencia armada. La impresión que yo tengo es que eso es inaceptable, tanto para Trump como para Netanyahu y Europa. Hamás es una organización terrorista e irregular, por lo tanto, no puede pasar".
"Irán ha calibrado mal su fuerza con Israel, y el resultado ha sido una ruptura del eje de ataque sobre las fronteras de Israel, sea en manos de los palestinos o Hizbulá. El equilibrio de fuerzas del Líbano también ha cambiado, ya no pueden hacer lo que quieran. El hundimiento de Siria es otro punto a favor de Israel porque tiene la libertad de recorrer la frontera sin problema", constata el profesor. "Hay que ver la situación de Cisjordania, que está donde puede haber más problema. Allí la opinión pública todavía es pro Hamás, más que en Gaza, porque no han probado con la misma intensidad la fuerza del ejército de Israel. Se tendrá que ver si la Autoridad Palestina puede imponer el orden ante el caos que prefiere Hamás para que haya una revuelta. Está por ver si una parte de los palestinos se da cuenta de que no solo hay desventajas en la ocupación, sino que también hay ventajas, un cierto orden público, nivel de vida mucho mayor que en Gaza y funcionamiento de las instituciones. Hay gente allí que dice estar a favor de Hamás y quizás, a la hora de la verdad, no lo tienen tan claro".
¿Israel está cansado de la guerra?
"El público de Israel está cansado de la guerra, pero menos que en Gaza. Allí la situación humanitaria es catastrófica. La situación económica en Israel no es mala, la resistencia ha sido buena, relativamente hablando. No parece que el boicot haya tenido mucho efecto y las relaciones diplomáticas se mantienen. La gente está contenta por cada rehén que se libera, es todo muy mediático. A la hora de la verdad, el gobierno de Israel hará lo que le parezca militarmente", destaca Tovias. Preguntado por la reconstrucción de Gaza, constata que por ahora solo hay consigna de facilitar ayuda humanitaria. "La vida económica no existe, por lo tanto, viven de la caridad del resto del mundo. No sé por cuánto de tiempo. La organización de la reconstrucción no parece que se tenga que hacer hasta pasados estos 42 días". En esta misma línea, Kacowicz constata que entre la población israelí hay un apoyo muy popular para la liberación de los rehenes, incluso con el "precio" de terminar la guerra. "Cuantos más rehenes, más difícil será volver a la guerra".
¿Qué pasa con los 46.900 muertos en Gaza?
En relación con la cifra de muertos, que según el ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, es de 46.900, aunque algunas organizaciones señalan que podría haber más, la población de Israel vive en una disyuntiva. "Es un país parecido a otros occidentales, donde la muerte de un rehén o soldado (violenta) es percibida como un hecho inaceptable que se tiene que combatir. Israel ha tenido la mala suerte de estar en una zona del mundo donde mantenerse en vida es más relativo que en Occidente. La percepción del enemigo sobre el mal que Israel causa también es diferente que en Occidente. En Occidente se considera que lo que pasa en Gaza es desastroso e inaceptable. En el mundo de Oriente Medio hay que ver lo que pasó en Iraq o Afganistán. Aquí la percepción es que si no se deja claro al enemigo, que en este caso es Hamás, que cualquier ataque parecido al 7 de octubre será un desastre para el lado palestino, la disuasión no funciona, y por lo tanto el desastre que sufre Gaza, en Israel se le atribuye a Hamás", sentencia Tovias.
Sobre la misma pregunta, Kacowicz argumenta que "a consecuencia de la masacre genocida de Hamás de 1.200 muertos y violaciones, gran parte de la población no lo ha asimilado por el trauma". "En la Franja, veías apoyo a la masacre de Hamás, apoyo en Cisjordania, ahora con el retorno de los rehenes, ves a la población uniformada, con coches Toyota, cuando ves eso, hay una falta de empatía. Lamentablemente, somos una minoría los que somos más conscientes, pero es muy difícil juzgar". "No se hay que olvidar que Hamás actuó sabiendo la respuesta que habría, y para ellos, cuantos más muertos haya, mejor".