Las voluntades están sobre el papel. Ahora 'solo' hace falta que coincidan con la realidad que Vladímir Putin, el presidente ruso, tiene a la jefe para Rusia y para Ucrania. Un alto el fuego de 30 días es, sin dudarlo, una buena noticia. Ahora bien, una tregua es algo complejo en este conflicto que hace décadas que dura. Habrá que ver cómo eso interfiere en la soberanía de Ucrania. Con las cartas sobre la mesa y después de centenares de miles de muertos ucranianas y rusas, será difícil para cualquier parte rechazar el concepto de una tregua. Moscú estará bajo presión para demostrar que no es el obstáculo para el objetivo de paz del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a cualquier precio. En este sentido, a Putin le conviene aceptar alguna forma de paz, para dejar constancia de esta buena relación con Trump.
Diplomacia: vuelve la época del teléfono rojo
De esta manera, la realidad saludará la teoría de la diplomacia telefónica. El primer argumento que se tiene que probar es que no se puede confiar en que el Kremlin participe en una diplomacia significativa, como su historia muestra que raramente lo hace. El segundo argumento es que Kyiv mantiene las ambiciones maximalistas de recuperar su territorio y se niega a la congelación de las líneas del frente. Eso supondría la probable pérdida permanente de una quinta parte de su tierra, y porque probablemente Ucrania no se volverá a equipar con el mismo vigor que Moscú y se encuentre en desventaja cuando Rusia vuelva a atacar, destaca la CNN.

Rusia y Ucrania hace demasiado tiempo que están enfrentados en esta guerra y es difícil de predecir cómo podría encajar una tregua en estas condiciones. Todo hace pensar que, si finalmente se acepta un alto el fuego provisional, las dos partes buscarán culpar la otra de haberlo roto. Hoy por hoy, el principal objetivo del jefe del Kremlin es seguir haciendo que las sospechas de Trump sean ciertas: es decir, que Zelenski es el impedimento para su paz. Putin no puede rechazar un alto el fuego. Pero la importancia de este alto el fuego radica en lo que viene después, ya que será lo que definirá la guerra.
¿En qué consiste el alto el fuego que hay sobre la mesa?
En primer lugar, es un alto el fuego completo, a todas las líneas de frente, durante un mes entero. Treinta días. A lo largo de centenares de kilómetros, ambos bandos han utilizado durante años blindajes, después artillería y después drones. La expectativa, lo que se ha acordado entre los EE.UU. y Ucrania, es que durante un mes, de golpe, todo eso se detenga. Es decir, asumir que no habrá errores, que nadie abrirá fuego por error o que no habrá algún detonante que provoque un tiroteo. Por este motivo, por la dificultad añadida, algunas autoridades europeas y Ucrania habían propuesto inicialmente un alto el fuego parcial del aire, el mar y los ataques a las infraestructuras energéticas. Su argumento era que eso sería más fácil de controlar: que las violaciones se atribuirían más simplemente a cualquiera de los dos bandos. No obstante, este argumento ha sido rechazado en Yedda. Si Moscú está de acuerdo, todo se tiene que detener de repente durante un mes.

¿Un alto el fuego sin errores?
Es casi imposible que no haya errores, ni enfrentamientos. En el pasado, Rusia ha destacado en la desinformación (el engaño como táctica en el campo de batalla), así como las operaciones de banderas falsas, cuando se organizan incidentes para dar el impulso de la represalia. Lo que hay sobre la mesa es optimista a medias. La evidencia de la última década tendría que conducir al pesimismo, y el engaño ha volado casi completamente en un sentido. Rusia invadió Crimea en el 2014, pero fingió que no lo había hecho. Rusia aceptó un alto el fuego en el 2015 y en sus primeros días tomó la ciudad ucraniana de Debaltseve. Rusia dijo que no lanzaría una invasión a gran escala de Ucrania en el 2022, pero lo hizo. Rusia dijo al principio que no utilizaba prisioneros a la primera línea, pero ahora algunas de sus prisiones están casi vacías.
El riesgo claro está: que se rompa la tregua a causa de la acción rusa, Trump se trague que Ucrania es la culpable y que no quiere la paz, y la ayuda de Ucrania vuelva a quedar congelada, ya que esta vez sería considerada la agresora. Así, Moscú afirmaría que vuelve a ser la víctima y lanzaría otro asalto contra Ucrania.
La pelota está en el tejado ruso
Rusia no aceptará fácilmente esta tregua propuesta porque, básicamente, no lo ha definido ella. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, ha dicho ya este mismo miércoles que Moscú tomaría sus propias decisiones sobre el conflicto en Ucrania. "La posición de la Federación Rusa no se define en el extranjero a causa de acuerdos o esfuerzos de algunas partes. La definición de la posición de la Federación Rusa se define dentro de la Federación Rusa", ha destacado.