Incluso el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tiene claro que ahora la pelota está sobre el tejado de Rusia. Su homólogo, Vladímir Putin, es quien tiene la última palabra para aceptar un alto el fuego en Ucrania. En este sentido, el mandatario ha sugerido que podría apuntar económicamente a Rusia, ya que el presidente de Ucrania lo instó a tomar medidas enérgicas si Moscú no daba apoyo a un alto el fuego de 30 días acordado entre las delegaciones de Ucrania y de los Estados Unidos reunidas en Arabia Saudí.

De este modo, tanto Washington como Kyiv y Europa están esperando la respuesta de Moscú a la propuesta, y se espera que los enviados norteamericanos mantengan conversaciones con Putin a finales de semana. El Kremlin no ha dicho públicamente si da apoyo o no a un alto el fuego inmediato. Si Putin se niega, Trump dijo que podría “hacer cosas financieramente que serían muy malas para Rusia”. En este sentido, parece que Putin está ahora más preocupado por la gestión de las tropas en Kursk.

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Putin / EFE

Ahora bien, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sí que se ha mostrado firme. Ha insistido en que esperaba medidas fuertes de Washington si Rusia rechazaba la propuesta de alto el fuego. “Entiendo que podemos contar con pasos fuertes. Todavía no conozco los detalles, pero estamos hablando de sanciones [contra Rusia] y de fortalecimiento de Ucrania”.

Operación final en Kursk

La zona está tan asegurada que Vladímir Putin ha querido visitar también Kursk. Lo ha hecho por primera vez desde que Ucrania invadió parcialmente la región rusa en una ofensiva sorprendida en agosto del 2024. El presidente ruso ha expresado la esperanza de que su ejército estuviera a punto de “liberar completamente” Kursk después de que afirmara haber recuperado 24 asentamientos en los últimos cinco días. “Cuento con el hecho de que todas las tareas de combate a las cuales se enfrentan nuestras unidades se cumplirán y el territorio de la región de Kursk pronto se liberará completamente del enemigo”, ha destacado en la televisión estatal.

Minutos después de la emisión de las declaraciones de Putin, el comandante en jefe del ejército de Ucrania, el general Oleksander Syrskyi, habría sugerido que sus tropas se retiraban para minimizar las pérdidas. “En la situación más difícil, mi prioridad ha sido y sigue siendo salvar la vida de los soldados ucranianos. Con esta finalidad, las unidades de las fuerzas de defensa, si hace falta, maniobran hacia posiciones más favorables”, publicó Syrskyi en las redes, en términos que se utilizan habitualmente para describir una retirada.

Syrskyi ha destacado que el ejército ruso sufría grandes pérdidas de personal y equipamiento mientras intentaba conseguir “ganancias políticas” intentando expulsar a las tropas ucranianas. Sudzha es el mayor asentamiento del que Ucrania se apoderó en Kursk, y el proyecto de mapas de código abierto DeepState con sede en Ucrania demostró miércoles antes que Kyiv ya no tenía el control total. “El enemigo está utilizando unidades de asalto de tropas aerotransportadas y fuerzas de operaciones especiales para romper nuestras defensas, expulsar a nuestras tropas de la región de Kursk y trasladar la lucha al territorio de las regiones de Sumi y Járkov”, ha constatado Syrskyi.

En este sentido, Volodímir Zelenski ha puesto de manifiesto que Kyiv estaba haciendo “el máximo posible” para proteger a sus soldados. “Los rusos están claramente intentando poner la máxima presión sobre nuestras tropas, y nuestro mando militar está haciendo lo que tiene que hacer”, ha destacado el presidente ucraniano en una rueda de prensa en Kyiv. “Estamos preservando las vidas de nuestros soldados tanto como sea posible”.