La excanciller alemana Angela Merkel ha escrito sus memorias bajo el título Freiheit ('libertad', en castellano). Aunque no se publicarán hasta el próximo martes, Merkel ha ofrecido un adelanto en el semanario alemán Die Zeit, y en esta primera muestra ha tratado un tema más que actual: Donald Trump. De hecho, ha reconocido que se equivocó cuando lo conoció, ya que "lo confundió con una persona normal". La excanciller ha definido al presidente electo como "emocional" y con una debilidad por líderes autoritarios y tiranos. De hecho, la expolítica alemana relata un episodio en que Trump trató de ridiculizarla cuando se conocieron por primera vez en el Despacho Oval.

Trump se ha caracterizado por hacer una política comunicativa agresiva, intentando siempre marcar él los límites y los tempos. Es esta tendencia del magnate con la que se topó Merkel. La entonces canciller durante años de una de las primeras potencias mundiales se plantó en la Casa Blanca para conocer a su nuevo inquilino el año 2017. En este encuentro, frente a las cámaras, Trump trató de humillarla negándose a darle la mano. Fue en ese momento cuando Merkel se dio cuenta de que era un error tratar al magnate como a alguien normal.

"En lugar de soportarlo estoicamente, le susurré que nos tendríamos que dar la mano de nuevo", escribe. "Tan pronto como las palabras salieron de mi boca, negué con la cabeza mentalmente. ¿Cómo podía olvidar que Trump sabía exactamente lo que estaba haciendo?… Quería dar a la gente algo de qué hablar con su comportamiento, mientras yo había actuado como si estuviera manteniendo una conversación con alguien completamente normal".

Títere de tiranos

Merkel explica cómo Trump está fascinado por los líderes autoritarios y remarca que en su primer mandato parecía más interesado en estos personajes que en los aliados tradicionales de Estados Unidos. "Aparentemente, Trump estaba fascinado con el presidente ruso", expone en el texto, y subraya que "los políticos con rasgos autocráticos y dictatoriales lo tenían bajo su control".

La excanciller recuerda que después de encontrarse por primera vez con Trump, vio cómo arrastraba su mentalidad de promotor inmobiliario a la presidencia de Estados Unidos. "Para él, todos los países eran rivales en los que el éxito de uno significaba el fracaso de otro. No pensaba que la prosperidad se pudiera aumentar para todo el mundo mediante la cooperación", expone.

"En el momento en que escribo estas líneas, el resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre de 2024 sigue abierto", recoge Merkel en este adelanto, y reconoce desear "de todo corazón" que Harris ganara para ser así "la primera presidenta de Estados Unidos".