Cinco personas han resultado heridas, tres de ellas en estado crítico, en un apuñalamiento múltiple perpetrado este viernes en un autobús en la ciudad alemana de Siegen, al oeste del país, según la policía, que no tiene constancia que se trate de un atentado terrorista. Las fuerzas de seguridad han detenido a la presunta agresora, una mujer de 32 años de la cual no han trascendido más detalles. El autobús, donde viajaban unas 40 personas, se dirigía a un festival de Siegen, una ciudad situada a unos 75 kilómetros de Colonia. Según informa la prensa local, la presunta autora es de nacionalidad alemana y se encontraba supuestamente bajo los efectos del alcohol o los estupefacientes cuando ha apuñalado a las víctimas de forma indiscriminada. No ha opuesto resistencia en el momento de la detención.
El ataque se ha producido una semana después de otro apuñalamiento múltiple que se saldó con tres muertos y ocho heridos en otra ciudad del oeste de Alemania, Solingen, y que reivindicó el Estado Islámico. El autor, un hombre sirio sobre el cual pesaba una orden de expulsión, ha sido encarcelado, y el gobierno alemán ha anunciado una serie de medidas relativas a la restricción de armas y la migración.
Reacción al atentado de Solingen
Concretamente, se trata de un paquete de medidas en materia de seguridad y migración que incluye la prohibición de llevar cuchillos en acontecimientos públicos, como festivales populares, acontecimientos deportivos, ferias, exposiciones, mercados y acontecimientos similares; la intensificación de "la lucha contra el islamismo" y la agilización de las deportaciones de solicitantes de asilo que ya hayan registrado peticiones en otros países europeos, como supuestamente era el caso del autor del apuñalamiento múltiple de Solingen.
En esta línea, Alemania ha reanudado este viernes las deportaciones de delincuentes afganos en su país, una medida que no aplicaba desde que los talibanes tomaron el poder, en agosto del 2021. En total se han deportado 28 criminales contra los cuales se habían dictado órdenes de expulsión y no tenían derecho a permanecer en Alemania, según ha informado la ministra del Interior, Nancy Faeser. Todos ellos son hombres, mayoritariamente de entre 20 y 30 años, que o bien estaban encarcelados, o bien en libertad, pero lo cual habían sido condenados por diferentes delitos —como violación y abusos sexuales, en algunos casos a menores, intento de homicidio, robo, lesiones corporales graves y fraude, entre otros—. Uno de los deportados era un delincuente reincidente, que había cometido más de 160 delitos.