Hay muchas decisiones que sorprenden de Rusia en su guerra en Ucrania, errores de cálculo y pasas en falso que son difíciles de explicar, incluso para los analistas más veteranos. Pero ninguno de estos hechos parece tan inverosímil como la exposición de las tropas rusas (a priori totalmente innecesaria) a la radiación de Chernóbil. Recientemente, la planta nuclear que desencadenó uno de los peores accidentes nucleares de la historia ha sido abandonada por los soldados rusos. En el transcurso de la invasión rusa, tanto las autoridades ucranianas como los expertos en materia nuclear alertaron de los riesgos que comportaba el hecho de que el ejército ruso se hubiera adentrado en el Bosque Rojo, el área de 10 kilómetros cuadrados que rodea la central de Chernóbil, y uno de los sitios más radiactivos del mundo. Con la retirada de los rusos, los técnicos de radiación de la planta han podido acompañar a periodistas internacionales y mostrar como las tropas habrían acampado en esta zona prohibida, removiendo la tierra, respirando y esparciendo partículas de radiación por allí dónde pasaron.
Comida radiactiva
En las primeras jornadas de guerra, el ejército ruso creyó que camino más fácil para rodear y capturar la capital de Ucrania era controlar la zona de Chernóbil. En el segundo mes tras el inicio de la invasión, Moscú ha abandonado el objetivo de hacer caer Kyiv y ha reagrupado a las tropas en el este del país. Pero según algunas fuentes del gobierno ucraniano, unos 300 soldados habrían huido de la zona hacia Bielorrusia después de caer enfermos por la exposición a la radiación. Ahora, un reportaje de la CNN muestra cómo las fuerzas rusas habrían extendido radiación por todas partes, e incluso lo habrían ingerido en la comida. En un momento del vídeo, un miembro de las autoridades rusas encuentra un paquete de comida del ejército ruso a las afueras del Bosque Rojo. Al comprobar los niveles de radiación, el hombre asegura que el paquete presenta un grado de radioactividad 50 veces más alto del normal.
Las consecuencias
El experto nuclear Carlos Bravo, ha explicado a Efe que las tropas que tomaron Chernóbil en los primeros días de la invasión rusa han sido expuestos a niveles de radiación muy altos porque han removido la tierra para construir trincheras y defensas, soltando partículas radiactivas, "sin la más mínima protección". Aunque no se han descrito los niveles de radiación en los cuales han estado expuestos los soldados rusos, el experto cree que "tienen que ser altos" y es probable que empiecen a presentar trastornos y síntomas de exposición exterior e inhalación de partículas radiactivas. La radiobiología, que estudia los efectos de la radiación, tiene un axioma que apunta que "cualquier dosis de radiación, por pequeña que sea, puede producir un cáncer", recuerda Bravo.