El fin de semana ha sido intenso con fuego cruzado entre Israel y Hizbulá. Este lunes, el gobierno de Israel ha anunciado que se está preparando para futuros ataques. A través de las redes sociales, destacan que el hospital subterráneo bajo el Hospital Rambam en Haifa está preparado para el escenario de una guerra donde tendrían que atender heridos mientras son bombardeados, al mismo tiempo, por misiles. "Esta es otra muestra de la diferencia entre Israel y los terroristas: Israel construye búnkeres para proteger civiles y atender heridos, Hamás y Hizbulá construyen búnkeres bajo los civiles para proteger a sus terroristas", insiste a través de la red social X el gobierno del país.

Tensión máxima entre Israel y Hizbulá

El intercambio de fuego entre Israel y Hizbulá este fin de semana ha sido tan fuerte que es complicado estar seguro de que todo no haya escalado ya hasta una guerra total. Israel informó el sábado que había atacado 290 objetivos en el sur del Líbano, matando al menos, a tres personas. Hizbulá contestó tirando 150 misiles, cohetes y drones contra Israel. El ataque más importante desde que habrían empezado las operaciones del grupo, alineado con Irán, y las operaciones de apoyo a Hamás, después del 7 de octubre. Los misiles llegaron hasta los suburbios de la ciudad de Haifa, al norte de Israel, y aunque los equipos de rescate pudieron sacar heridos de los edificios, miles de civiles se vieron obligados a buscar refugio.

Hizbulá ha afirmado haber utilizado por primera vez misiles de corto alcance Encante 1 y 2, armas que, según se dice, tienen un alcance de 80 y 105 kilómetros respectivamente. Según el grupo militante, apuntaban a la base aérea israelí Ramat David, a 24 kilómetros en el sureste de Haifa, aunque su impacto en las operaciones militares parece escaso. Aunque se ha dicho que el número de misiles disparados fue pequeño y la mayoría interceptados, las imágenes de los daños en las viviendas sugieren que algunos, a pesar de eso, violaron las tan hechas públicas defensas aéreas de Israel, una señal preocupante.

La esperanza es que las dos partes quieran evitar una guerra terrestre todavía más mortífera, aunque en el entorno actual ni siquiera eso puede ser seguro, insiste un artículo del The Guardian. El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha dicho este domingo que cuando Aqil fue asesinado, él y otros líderes de la unidad de élite Radwan de Hizbulá estaban discutiendo un ataque sorpresa transfronterizo contra Israel, "el mismo ataque horrible y espantoso que sufrimos el 7 de octubre por parte de Hamás". Por otra parte, se calcula que Hizbulá tiene entre 30.000 y 50.000 combatientes disponibles y un número similar en reserva. Es una fuerza militar mayor y más capaz que Hamás, según destaca el mismo diario.