La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso este martes crear centros de solicitantes de asilo fuera de la Unión Europea. Básicamente, se trata de recrear a escala comunitaria el polémico plan de la ultraderechista Giorgia Meloni en Albania, que se ha puesto en marcha este miércoles. Así son los centros italianos en el extranjero para migrantes que Von der Leyen quiere imitar:

Medios de comunicación italianos como La Repubblica han publicado imágenes del campo de acogida de Gjadër, que fue una base de la Fuerza Aérea albanesa durante la dictadura comunista. Es un centro rodeado de un muro de siete metros de altura, con cámaras y otros sistemas de vigilancia. Dentro, una serie de barracones con capacidad para unos 3.000 solicitantes de asilo, aunque ahora ha empezado con 400 y llegará a los 900 en pocos días. Además de camas, hay una sala médica, un laboratorio de análisis, una sala con instrumentos para radiografías y ecografías, y otra para visitas psicológicas y psiquiátricas. Hay tres sectores: uno para los solicitantes de asilo, otro para las personas que serán repatriadas y un último para quien cometa delitos.

En virtud del acuerdo con Albania, Italia ha levantado los centros de Gjadër y de Shëngjin, por un coste de unos 700 millones de euros en cinco años. Mientras que las fuerzas de seguridad albanesas se limitan a vigilar el perímetro exterior, las autoridades italianas controlan las dos instalaciones. Dentro gestionan las solicitudes de asilo y las posibles repatriaciones de personas rescatadas en aguas mediterráneas, unas gestiones que se pueden alargar un mes. Las personas que pueden acceder son hombres, no vulnerables y procedentes de países seguros —que son más fáciles de repatriar.

En el centro de Shëngjin, en el puerto, se identifican las personas migrantes rescatadas y se las somete a un control sanitario. Después, los solicitantes de asilo son trasladados a Gjadër (a veinte kilómetros de distancia), de donde no podrán salir hasta que se resuelvan sus expedientes. Aquellas personas que cumplan las condiciones podrán presentar una solicitud de asilo en la UE y, si se les deniega, serán deportadas. La previsión es que cada año lleguen unos 36.000 migrantes.

Del plan Ruanda al plan Albania

Más allá de los casi 700 millones de euros que cuestan los centros, el traslado de los migrantes también es caro. Según cálculos de La Repubblica, las dieciséis personas enviadas este miércoles a Albania han costado 18.000 euros por cabeza. Y es que para el traslado se ha utilizado un barco militar con una tripulación de setenta personas, cosa que eleva el coste del trayecto a unos 250.000 o 290.000 euros. El coste por persona se podría haber reducido si se hubieran subido más personas a bordo, ya que en la isla de Lampedusa (de donde ha zarpado el barco) habían llegado casi mil migrantes.

No hay que confundir el plan de Italia con el de Reino Unido en Ruanda, que impulsó Boris Johnson en 2020, desplegó recientemente Rishi Sunak y ha parado el actual primer ministro, al laborista Keir Starmer. El modelo de Meloni ha contado con apoyo dentro de la UE, pero el de Johnson generó polémica desde el principio. ¿Por qué? Porque el italiano como mínimo es un plan a cinco años para externalizar los procesos de solicitud de asilo en migrantes irregulares, que tendrán la opción de volver a Italia si su solicitud en Albania se resuelve de manera favorable. Pero es que el británico pretendía enviar a Ruanda, sin posibilidad de retorno, las personas que llegaban a la isla en pateras a través del canal de la Mancha.

El plan de Meloni genera polémica

A pesar del interés tanto de la Comisión Europea como de quince países europeos, el plan de Meloni ha generado polémica. Uno de los gobiernos contrarios a este modelo ha sido el español, que ha apostado por una aplicación "humanitaria y solidaria" del Pacto de Migración y Asilo. Según la portavoz del ejecutivo estatal, Pilar Alegría, esta línea de trabajo ha conseguido frenar el 40% de las salidas irregulares desde los países de origen. De la misma manera que el Gobierno, ONG como Médicos Sin Fronteras (MSF) han denunciado que el traslado de migrantes de Italia hacia Albania "se traducirá en más abusos y violaciones de los derechos humanos". "Esta medida impedirá a los supervivientes acceder a los procedimientos de asilo y a las evaluaciones de vulnerabilidad adecuados, cosa que contraviene las obligaciones de Italia en virtud del derecho internacional y europeo", dice en un comunicado.

MSF ha insistido en el hecho de que la medida plantea "importantes problemas" respecto de los derechos de libertad, de acceso a la protección y a procedimientos de asilo adecuados, así como sobre cuestiones "más prácticas" como la identificación de personas vulnerables o sobre sus condiciones de vida en los centros de acogida en territorio albanés. "Es imposible evaluar adecuadamente la vulnerabilidad de las personas mientras están en un barco en alta mar. Para hacerlo de forma correcta, hacen falta recursos que solo están disponibles a tierra", ha afirmado. Finalmente, la ONG ha recordado que sus equipos "han observado un impacto significativo en la salud mental de las personas que están detenidas", por mor de las restricciones de movimientos que se los imponen.

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