Golpe judicial para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Este viernes el Tribunal de Apelación de Londres ha dado la razón en los Estados Unido y ha aprobado la extradición de Assange. Se trata de una victoria para el gobierno americano que todavía se puede recurrir. Es decir, para el ciberactivista y su equipo legal todavía hay una oportunidad para no tocar suelo americano.
La justicia británica finalmente ha dado luz verde a la extradición de Assange, después de que en enero de 2021, un juez británico deniegas en los Estados Unido la extradición del fundador de WikiLeaks, al considerar que este presentaba un alto riesgo de suicidio si era extraditado. La decisión de enero no satisfizo en el equipo legal del gobierno americano que presentó el recurso que hoy se resuelve a favor suyo.
En esta ocasión, el Tribunal de Apelación de Londres ha considerado que el gobierno norteamericano ha demostrado ofrecer garantías suficientes de que Assange recibirá el trato adecuado para proteger su salud mental. Considerando asegurado este aspecto, el juez ha determinado que el ciberactivista puede ser extraditado.
Cuestionando la salud mental
La estrategia de la justicia norteamericana para tumbar la decisión anterior de la justicia británica con respecto a la extradición del fundador de WikiLeaks ha sido desacreditar que su salud mental se encontrara en un momento tan frágil como él mismo alegaba.
Para las autoridades americanas, Assange estaba exagerando su riesgo de suicidio para esquivar la justicia. Eso y las supuestas garantías de bienestar que han presentado los abogados del gobierno americano han seducido a la corte, que ha avalado la extradición que se negó hace solo unos meses.
Hasta 175 años
El equipo legal de Assange todavía tiene una bala en recámara. Pueden recurrir la decisión del Tribunal de Apelación de Londres, pero el cierto es que, poco a poco, se van quedando sin opciones.
Si el recurso a la decisión de este viernes del tribunal británico fracasa, Assange podrá ser extraditado a los Estados Unidos, donde afrontará las acusaciones de haber violado la Ley de Espionaje por filtrar y publicar en WikiLeaks secretos militares y de Estado el año 2010. El ciberactivista está acusado en territorio americano de hasta 18 cargos relacionados con esta ley además de fraude y abuso informático. Todo le puede llegar a comportar 175 años de prisión.
Por su parte, la defensa legal de Assange se fundamenta al equiparar sus acciones con las de los periodistas, los cuales no asumen estas consecuencias al publicar artículos de investigación.