El pasado 25 de junio, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fue puesto en libertad después de llegar a un pacto con la justicia estadounidense. Así acababan años de reclusión, primero en la embajada del Ecuador en Londres y después en una prisión de máxima seguridad británica. Siempre con la amenaza de la extradición en los Estados Unidos (EE. UU.). Cuando finalmente el activista y periodista fue puesto en libertad, el mundo esperaba sus declaraciones, pero Assange ha mantenido el silencio y ha delegado a su mujer, Stella Assange, cualquier mensaje, hasta ahora. Más de tres meses después de ser puesto en libertad, Julian Assange ha comparecido ante un grupo de diputados de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en Estrasburgo, donde ha denunciado el acoso sufrido por los EE. UU. y ha reconocido: "Fui naif confiando en la ley".
"Soy libre porque me he declarado culpable de hacer periodismo, no porque el sistema de garantías haya funcionado", ha lamentado el australiano. .Assange ha denunciado "la campaña de represión internacional de la CIA" para silenciar a las voces disidentes, la "criminalización del periodismo" y "el abuso" de las peticiones de extradición. Sobre su confianza inicial en el sistema de justicia, ha afirmado que esperaba represalias por las acciones de WikiLeaks, pero no del alcance que han tenido finalmente.
Dificultades para readaptarse
Assange ha pronunciado un discurso lento y entrecortado. Él mismo se ha disculpado antes de empezar avisando de que no podría hacer una presentación de una forma "limpia": "El aislamiento ha pasado factura". En el turno de preguntas de su intervención, ha admitido dificultades para "readaptarse al mundo" después de pasar tantos años recluido y en prisión. "Vuelvo a hacer de padre de unos niños que han crecido sin mí. A ser un esposo otra vez. Incluso, a tener que tratar con una suegra", ha dicho bromeando.
Cuando fue puesto en libertad, su esposa Stella fue la que se dirigió a los medios. En aquel momento, Assange ya apuntó que necesitaba tiempo y calma para recuperarse de los más de diez años falto de libertad.
Como el mismo Assange ha remarcado este martes, es libre gracias a un pacto con los Estados Unidos. En este acuerdo, el fundador de WikiLeaks se declaró culpable de violar la ley de espionajes estadounidense, cosa que suponía una condena de 62 meses de prisión que quedó anulada por el tiempo ya cumplido en Belmarsh (Reino Unido), a cambio de poder volver a Australia.