Las fuerzas militares de los EE. UU. han lanzado un proyectil - usando un dron - sobre un vehículo cargado con explosivos en la zona residencial de Khajeh Baghra, cerca del aeropuerto de Kabul. El objetivo era un terrorista suicida que tenía la intención de volver a atacar el aeródromo.
"Las fuerzas militares norteamericanas han realizado hoy un ataque aéreo no tripulado sobre el horizonte sobre un vehículo en Kabul, eliminando una inminente amenaza del Daesh-K al aeropuerto internacional Hamad Karzai", ha declarado el portavoz del Mando Central de los Estados Unidos en Afganistán (CENTCOM), el capitán Bill Urban.
Fuentes talibanas han confirmado la muerte de al menos seis personas - entre ellas un niño - a causa de las detonaciones secundarias provocadas por la gran cantidad de material explosivo que llevaba el coche.
Un ataque inminente del Daesh-K
Los hechos se han producido dos días después del atentado por parte del Daesh-K que causó 170 muertos, entre ellos 13 soldados norteamericanos. Hoy, una nueva alerta ha llegado a los Estados Unidos: han afirmado que es "altamente probable" que haya otro ataque similar en las próximas 24 a 36 horas. Todo, en medio de la última fase de su retirada militar con el transporte de soldados y material fuera del país.
"Nuestros comandantes me han informado de que un ataque es altamente probable en las próximas 24 a 36 horas", ha anunciado en un comunicado el presidente norteamericano, Joe Biden, después de reunirse con su equipo de seguridad nacional.
Los yihadistas continuarán con los ataques
Mientras tanto, un alto comandante de esta filial afgana del Estado Islámico ha confirmado que la organización terrorista reanudará completamente sus operaciones en el territorio cuando se retiren las fuerzas internacionales y ha ratificado que los talibanes son su enemigo, ya que el movimiento representa una interpretación moderada, en comparación con el grupo yihadista, de los preceptos más radicales de la ley islámica.
"Cuando los extranjeros y los pueblos del mundo abandonen Afganistán, podremos reiniciar nuestras operaciones", declaró el comandante, bajo condición de anonimato, en una entrevista en la cadena CNN concedida poco antes de la masacre en Kabul.
Los talibanes condenaron el ataque del jueves, aunque recordaron que en la zona donde se produjo, la seguridad correspondía a las tropas de los Estados Unidos. Varios de sus portavoces aprovecharon para subrayar en Twitter el compromiso del grupo con la seguridad de la población.
Sobre la ruptura de las relaciones con los talibanes, el comandante reconoció que, en un momento dado, operaba en las filas de los talibanes, pero "esta gente no está alineada con nosotros con respecto a las creencias".