Tres atentados del Daesh, al menos dos de ellos suicidas y posiblemente con coche bomba, han provocado una verdadera masacre esta tarde en Kabul. Dos de los atentados han sido en el aeropuerto y el tercero en el centro de la ciudad. Las últimas noticias hablan de al menos 60 muertos, entre ellos 12 soldados americanos y algunos niños, y de unos 140 heridos, entre ellos tres militares más. Entre los muertos hay también algunos talibanes, de los que vigilaban el aeropuerto. A consecuencia de las explosiones la zona ha quedado con un tendido dantesco de cuerpos destrozados, con una identificación que no será nada sencilla.
Los atentados han sido obra del denominado Daesh-K, la rama afgana de este grupo que quiere ahora controlar Afganistán, según ha afirmado un portavoz de los Estados Unidos a Politico. El grupo terrorista lo ha reivindicado oficialmente, pero sin especificar la rama. Una fuente que cita The Jerusalem Post afirma que se han detectado centenares de miembros del Daesh en las afueras de Kabul, con lo que no se descartan más ataques, en un escenario que sería imprevisible.
En las últimas horas, varios países ya habían detenido los procesos de evacuación, que tenían previsto completar este viernes, porque habían circulado "amenazas creíbles" de atentados por parte del Daesh del Jorasan, la rama afgana.
Después de las explosiones se han escuchado disparos, en un clima de confusión y de nervios. Un portavoz norteamericano sobre el terreno ha remarcado que podrían ser disparos de los atacantes, en una acción combinada con las explosiones.
Las dos acciones terroristas han estado cerca la una de la otra. El primero de los atentados se ha producido en el Hotel Baron, junto al aeropuerto, en la zona donde los afganos que esperaban huir estaban haciendo cola para procesar el visado. A raíz de los ataques se han suspendido los vuelos de llegada y salida del aeropuerto.
La segunda explosión se ha producido en torno a la puerta conocida como Abbey Gate, por donde han pasado la mayoría de personas que estos días querían huir de la capital afgana.
Este ha sido el momento de la segunda explosión.
El viceministro de Defensa británico, James Heappey, había advertido esta mañana que habían recibido información de inteligencia fiable de que la organización terrorista Daesh planeaba atacar el aeropuerto de la capital de Afganistán.
El viceministro británico ha insistido en que "la amenaza de atacar a miles de personas en el aeropuerto es muy grave".
La semana pasada Estados Unidos ya recomendó a sus ciudadanos presentes en Afganistán evitar la presencia en la zona aeroportuaria por posibles ataques del Daesh.
Mientras tanto, los talibanes se están quitando la careta de la moderación que prometían hasta hace pocos días y han fusilado Khasha Zwan, un conocido humorista de Afganistán que se burlaba de ellos.
Nazar Mohammad, más conocido como Khasha Zwan, fue detenido en las afueras de su casa en Kandahar a finales de julio, cuando la ciudad cayó en manos de los yihadistas, y después lo ejecutaron, según se ha sabido ahora. El último vídeo donde sale está grabado en la parte posterior de un vehículo, entre dos talibanes. Uno de ellos lleva un fusil Kaláshnikov, y el otro da dos bofetadas al comediante, para seguir haciendo bromas sobre ellos, en medio de una situación caótica.
Según el diario británico Daily Times, incluso mientras los talibanes lo arrastraban para ejecutarlo en un pelotón de fusilamiento el comediante los siguió haciendo se burla. Afirma que lo colocaron ante un árbol, le dispararon y también le cortaron la garganta, el castigo por haber hablado mal de ellos.
El delito del humorista es que subía vídeos en Tik Tok donde cuestionaba el gobierno de los talibanes y los emplazaba a bailar como él. Los talibanes negaron inicialmente su participación en el asesinato, pero finalmente han admitido la responsabilidad, y han confirmado que los dos hombres del coche eran talibanes. Según el grupo talibán, los dos hombres del vehículo están detenidos por el fusilamiento, pero eso no está confirmado.
Khasha Zwan también había trabajado para la Policía Nacional afgana, otro motivo que hizo que los talibanes buscaran actuar por venganza contra él.