El presidente de Francia, François Hollande, ha expresado su solidaridad con Bélgica por los atentados yihadistas pero ha advertido que el efecto de los ataques trasciende al país de la diplomacia europea: “El terrorismo ha golpeado Bélgica pero el objetivo es Europa. Estamos ante una amenaza global que necesita respuestas globales”. Hollande ha apelado a la responsabilidad de los socios europeos, y ha lanzado un mensaje de solidaridad a los belgas: “Francia y Bélgica están unidas por el horror. Les ofrecemos todo el apoyo indispensable”.
El pésame de Hollande ha precedido a un discurso con un alto contenido político que refuerza la posición francesa de mano dura en la lucha contra el terrorismo global, marcada por los desgarradores atentados del 2015 en París. “Todos somos conscientes de que esto nos afecta a todos. Necesitamos la unidad de todos los países que quieren actuar contra el terrorismo”, ha apuntado Hollande.
Francia reprende a los socios europeos
El presidente ha reclamado a los socios comunitarios un compromiso sin matices en la lucha contra la yihad. Hollande ha dicho que es indispensable que las fuerzas de seguridad de los diferentes países compartan la información; que se apliquen las políticas y acuerdos tomados en la materia. En este punto, Hollande también ha insistido en la importancia de sumarse a las operaciones militares que se hacen a Siria e Irak. Francia participa pero esta cuestión genera controversia entre los diferentes países de la Unión Europea que tienen diferentes posicionamientos. Incluso, hay quien abiertamente rechaza participar en estas operaciones. “La guerra contra el terrorismo requiere sangre fría y determinación. Porque será larga”, ha dicho.
Cuatro meses de estado de excepción
Las decisiones y manifestaciones del gobierno francés están marcadas por los atentados de Charlie Hebdo y del 13 de noviembre de este año en el centro de París. Desde entonces Francia vive en un estado de excepción, con todo lo que implica. También el frágil equilibrio entre seguridad, democracia y derechos individuales. El gobierno francés ha asegurado que este control ha dado sus frutos: en sólo cuatro meses, se ha contrastado la identidad de seis millones de personas que intentaban entrar a territorio francés y a 10.000 se les ha denegado el acceso. Una línea en la que ya han confirmado que seguirán trabajando.
De hecho, después de los atentados de Bruselas, Francia ha anunciado que habrá más presencia policial en las calles y espacios públicos, se intensificarán los cacheos y las identificaciones, se exigirá llevar el documento de identidad para utilizar el transporte público y se incrementan en 1.600 los efectivos militares y policiales para controlar las fronteras.
La colaboración policial entre Francia y Bélgica se había intensificado después de los atentados del 13-N pero no ha sido suficiente para poder evitar un nuevo ataque. Las autoridades desvinculan la captura de Salam Abdeslam, uno de los cerebros y autor de los atentados del 13-N en París, de los ataques a Bélgica, aunque la policía lo detuvo el viernes en Bruselas.
La Unión que no anda al mismo paso
Francia clama por una gran unión internacional contra el yihadismo pero no hay unidad entre el resto de socios de la UE. La lucha contra este tipo de terrorismo implica también abordar otras cuestiones como el comercio de armas internacional o la política y control de fronteras con el drama de los refugiados abofeteando la conciencia europea día tras día. Puntos a tener en cuenta a la hora de plantear cualquier tipo de acuerdo o reflexión realista.