El Gobierno de Austria ha confirmado que el ataque a cuchillo de este sábado, en el que un ciudadano de origen sirio asesinó a un niño de 14 años e hirió a otras cinco personas, ha sido un atentado con motivación islamista. El ministro del Interior, el conservador Gerhard Karner, ha afirmado este domingo en rueda de prensa que el "atacante islamista", que tenía permiso de residencia en Austria, se había radicalizado rápidamente a través de internet. Karner también ha anunciado que las primeras investigaciones señalan que el atacante tenía vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico. Según la policía, había emitido un juramento de lealtad el grupo terrorista. El agresor, que fue detenido ayer, no contaba con antecedentes policiales.

Karner ha valorado que junto al duelo y la solidaridad con la familia del menor fallecido, también es "comprensible" la ira y la rabia contra "un atacante islamista que apuñaló indiscriminadamente a personas inocentes en esta ciudad". Así, en respuesta al atentado, ha anunciado que se aplicará una polémica medida como los controles masivos sin motivo previo entre "grupos concretos", entre los que ha citado a los solicitantes de asilo de Siria y Afganistán. En ese sentido, el ministro ha abogado por aplicar cambios legales para permitir a las autoridades aplicar esas medidas con el objetivo de cumplir la responsabilidad de garantizar la seguridad de los habitantes de Austria, en los términos en los que se ha expresado Karner. Entre las conclusiones que ha sacado de este ataque, el titular de la cartera de Interior del gobierno austríaco se ha referido también a la necesidad, dice, de "encerrar y deportar" y, en general, actuar con mayor "determinación".

Un menor muerto y cinco heridos

Los hechos sucedieron este sábado poco antes de las 16.00 h de la tarde, cuando el individuo, un ciudadano de 23 años, sirio y con permiso de residencia, comenzó a atacar a cuchilladas a paseantes en el centro de Villach, una localidad de unos 58.000 habitantes situada a unos 350 kilómetros al sur de Viena. Mató a un niño de 14 años e hirió a otras cinco personas. Un hombre que presenció los hechos desde su coche, de 42 años y también de origen sirio, atropelló al autor del atentado —que salió ileso— para impedir que siguiera atacando, según relató ayer el portavoz de la policía, Rainer Dionisio, en declaraciones recogidas por la televisión pública ORF.

La comunidad islámica de Austria (IGGÖ) ha condenado el ataque y ha aseverado que esta acción terrorista "está en total contradicción con los valores de la fe musulmana". "La instrumentalización del Islam con fines extremistas distorsiona nuestra religión y se utiliza deliberadamente para difundir el odio y la violencia", afirman desde la organización en un comunicado. El obispado católico de Carintia, la región donde se produjo el ataque, ha advertido por su parte del peligro de "juicios indiscriminados que no ayudan a nadie ni solucionan los problemas".

Creciente debate político

Peter Kaiser, gobernador socialdemócrata del estado federado de Carintia, ha exigido que el autor de los hechos "sea juzgado, encarcelado y deportado" como consecuencia por sus actos. "Siempre lo he dicho claramente y sin ambigüedades: quien viva en Carintia, en Austria, tiene que respetar la ley y adaptarse a nuestras normas y valores. Aquel que viole esto tendrá que enfrentar a duras consecuencias", ha afirmado.

La migración y los refugiados hace tiempo que están en el centro del debate político de Austria, donde el partido de extrema derecha y ultranacionalista FPÖ ganó las elecciones con casi el 29% de los votos el pasado septiembre. Herbert Kickl, líder del partido ultra y ministro del Interior austríaco entre diciembre de 2017 y mayo de 2019, ha responsabilizado de este ataque a la política de asilo y migración de lo que llama "sistema de partidos", y reclama transformar Austria es una "fortaleza" con una política migratoria restrictiva.