Los pasajeros del vuelo 1282 de Alaska Airlines que este viernes viajaban de Portland a Ontario, en los Estados Unidos, sufrieron un gran susto cuando una parte del fuselaje del avión se desprendió y salió disparado, hecho que obligó al piloto a hacer un aterrizaje de emergencia. El incidente se produjo tan solo 10 minutos después del despegue, justo cuando la aeronave había empezado a coger altura, lo que le permitió volver hacia el aeropuerto de origen rápidamente. El desprendimiento se produjo en la puerta de emergencia del avión del lado izquierdo, hecho que dejó un agujero considerable y provocó la despresurización de la cabina. Los 171 pasajeros del avión y los seis miembros de la tripulación salieron ilesos.
Algunos pasajeros han compartido vídeos del momento del aterrizaje, donde se ve el agujero al lado del avión y también cómo utilizan las mascarillas de oxígeno. Según han informado testigos a medios locales, el desprendimiento del panel provocó un efecto de succión, que hizo que algunos objetos salieran volando. Aunque no había ningún pasajero en el asiento más próximo a la puerta de emergencia, una madre tuvo que coger fuerte al hijo, y por la fuerza del viento la camiseta del niño se rompió y también salió disparada.
171 Boeing 737 Max, paralizados por orden federal
La agencia federal de la aviación estadounidense está investigando el incidente, pero de momento ha ordenado que "temporalmente se queden en tierra" algunos aviones del modelo Boeing 737-9 Max. En total, eso supone paralizar 171 aeronaves, según informa la CNN. La aerolínea implicada en este caso, Alaska Airline, ya había informado previamente de que dejará en el suelo la flota de 65 aviones del modelo Boeing 737-9 y que no los volverá a utilizar hasta que no se les someta a una inspección de seguridad. Por su parte, la compañía Boeing ha informado de que está trabajando para "recopilar más información" y que "un equipo técnico de Boeing está preparado para dar apoyo a la investigación".