La Fuerza Aérea de los Estados Unidos ya ha presentado su último avión bombardero furtivo, denominado B-21 Raider, que se sitúa como la aeronave más sofisticada hoy en día. Se trata del primer avión de combate fabricado por los Estados Unidos en más de treinta años y las fuerzas estadounidenses esperan incorporar hasta seis aeronaves de este modelo durante los próximos meses. Este aparato nace para dar respuesta a un posible conflicto armado con China, donde los B-21 Raider jugarían un importante papel. De hecho, los aviones están diseñados para resistir a largos vuelos y cuentan con una gran capacidad de combate que les permitiría hacer gran parte de los ataques. Según ha detallado el fabricante, Northrop Grumman, el nuevo bombardero furtivo está equipado "para penetrar las líneas de defensa aérea enemigas y llevar a cabo ataques en cualquier parte del mundo". Es por eso que la aeronave tiene capacidad para transportar armamento convencional, así como nuclear.
El acto de presentación de este bombardero furtivo se hizo el pasado viernes en la Planta 42 de la Fuerza Aérea en California (Estados Unidos), donde los asistentes pudieron ver por primera vez como es el B-21 Raider, que tiene un coste de 692 millones de dólares. Su creación tiene que permitir al Pentágono modernizar sus fuerzas bélicas y, de hecho, esta era su premisa básica cuando se anunció en el 2015. "Necesitábamos un nuevo bombardero para el siglo XXI que nos permitiera enfrentar amenazas mucho más complicadas, como las amenazas que tememos enfrentar algún día de China o Rusia", aseguró a Deborah Lee James, secretaria de la Fuerza Aérea.
El B-21 Raider, un bombardero furtivo "indetectable"
La aeronave tiene una estética exterior similar al B-2, un bombardero de los Estados Unidos todavía activo, pero dentro las similitudes "desaparecen", según apuntó la directora general de Northrop Grumman, fabricante del B-21 Raider. "La forma en que opera internamente está extremadamente avanzada en comparación con el B-2 porque la tecnología ha evolucionado mucho", detalló la directora. Una de las características más destacadas de este avión de combate es la dificultad a la hora de detectarlo, gracias a los materiales de revestimiento de la aeronave. "En este avión se han invertido 50 años de avances en tecnología para baja detección", aseguró el secretario de Defensa dels Estats Units, Lloyd Austin. "Incluso los sistemas de defensa aérea más sofisticados tendrán dificultades para detectar un B-21 Raider en el cielo", añadió. En este sentido, la directora general de Northrop Grumman apuntó que los enemigos "oirán" el bombardero furtivo, "pero realmente no lo verán".