Dos años y medio de ofensiva rusa, o lo que sería lo mismo, treinta meses, han provocado que muchas unidades ucranianas hayan decaído en ánimos. Los refuerzos son escasos y escalonados, un hecho que provoca que muchos soldados exhaustos y desmoralizados. La situación es particularmente grave entre las unidades de infantería cerca de Pokrovsk y a otras partes de la línea de frente oriental, desde donde Ucrania lucha por frenar los avances sigilosos de Rusia.

CNN ha hablado con seis comandantes y oficiales que están o estuvieron hasta hace poco combatiendo o supervisando unidades en la zona. Los seis han dicho que la deserción y la insubordinación se están convirtiendo en un problema generalizado, especialmente entre los soldados recién reclutados. A diferencia de los que se ofrecieron como voluntarios al principio de la guerra, muchos de los nuevos reclutas no tuvieron la opción de entrar en el conflicto. Fueron llamados a filas después de que la nueva ley de movilización de Ucrania entrara en vigor en primavera y no pueden salir legalmente hasta que el gobierno introduzca la desmovilización, a menos que obtengan un permiso especial para hacerlo.

Sin municiones para atacar al enemigo

En aquel momento varios soldados dijeron a la CNN que a menudo se encontraban en una buena posición, con una visión clara del enemigo que se acercaba y sin munición de artillería para disparar. Algunos dijeron que se sentían culpables por no poder proporcionar una cobertura adecuada a las unidades de infantería.

A medida que la situación en el campo de batalla se deterioraba, un número cada vez mayor de tropas se empezó a rendir. Solo en los primeros cuatro meses de 2024, los fiscales iniciaron procesos penales contra casi 19.000 soldados que abandonaron sus puestos o desertaron, según el parlamento ucraniano. Más de un millón de ucranianos sirven en las fuerzas de defensa y seguridad del país, aunque esta cifra incluye también a los que trabajan en oficinas alejadas de las líneas del frente.

Es una cifra sorprendente y, muy probablemente, incompleta. Varios comandantes dijeron a la CNN que muchos oficiales no denunciaban las deserciones y las ausencias no autorizadas, con la esperanza de convencer a las tropas de que volvieran voluntariamente, sin afrentar un castigo. Este enfoque se ha vuelto tan común que Ucrania cambió la ley para despenalizar la deserción y la ausencia sin permiso, si se cometían por primera vez.

El objetivo de Vladímir Putin

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha dejado claro que su objetivo es obtener el control de la totalidad de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, y tomar Pokrovsk, un importante centro militar y de suministro, sería un paso importante hacia ese objetivo. Se encuentra en una carretera clave que la conecta con otras ciudades militares de la zona y con un ferrocarril que la une con Dnipró. La última gran mina de carbón que todavía está bajo control de Kyiv también está justo en el oeste de la ciudad, y suministra materias primas para fabricar acero, un recurso indispensable en tiempos de guerra.

Los soldados ucranianos de la zona describen una situación sombría. Las fuerzas de Kyiv se ven claramente superadas en número y armamento, y algunos comandantes calculan que hay diez soldados rusos por cada ucraniano.

Ucrania y su incursión en Kursk

Kyiv lanzó su incursión sorprendida en Kursk el mes pasado, tomando Moscú por sorpresa y avanzando rápidamente unos 30 kilómetros en territorio ruso. Los líderes de Ucrania, incluido el presidente Volodímir Zelenski, dijeron que uno de los objetivos de la operación era prevenir nuevos ataques en el norte de Ucrania, y al mismo tiempo mostrar a los aliados occidentales de Kyiv que, con el apoyo adecuado, el ejército ucraniano puede contraatacar y, en última instancia, ganar la guerra.

La operación también dio un gran impulso a una nación exhausta. Ucrania ha estado a la defensiva durante la mayor parte del año pasado, soportando ataques incesantes, apagones y muchas pérdidas.