El primer ministro francés, François Bayrou, se enfrentará a una nueva moción de censura después de haber aprobado los presupuestos del año 2025 por decreto. Tan solo dos meses después de su nombramiento, Bayrou se encuentra en la misma situación que su predecesor, Michel Barnier, que acabó siendo expulsado del cargo por haber adoptado los presupuestos a través del artículo 49.3 de la Constitución, sin tener que someterlo a votación de la Asamblea Nacional. El bloque de la izquierda, liderado por la Francia Insumisa (LFI), presentará la moción de censura, que se debatirá el próximo miércoles, pero previsiblemente no saldrá adelante, ya que fuentes del Partido Socialista han confirmado que no censurarán al ejecutivo "por responsabilidad y en interés del país y del pueblo francés".

"Ningún país puede vivir sin presupuesto y menos todavía Francia. Por vez primera en casi 70 años, nuestro país no tiene presupuesto en febrero", ha argumentado Bayrou este lunes en la Asamblea Nacional. El primer ministro ha reconocido que el presupuesto "no es perfecto" pero ha sostenido que "responde a un equilibrio" después de las negociaciones de las últimas semanas con las distintas formaciones. 

Los socialistas, divididos ante la moción de censura

Los socialistas han justificado la decisión de no vetar el presupuesto después de haber arrancado algunas concesiones sociales al ejecutivo en materia de sanidad, enseñanza, ecología y energía. Sin embargo, hay algunos diputados socialistas que romperán la disciplina de voto y votarán a favor de la moción. Desde LFI han sido críticos con el nuevo proyecto presupuestario y la posición del PS. El presidente de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, Éric Coquerel, ha señalado que este es un presupuesto "todavía más austero y perjudicial para el país que el de Michel Barnier" y ha advertido a los socialistas que, al negarse a apoyar la moción de censura, han pasado a formar parte de la mayoría favorable al gobierno.

Para prosperar, la moción de censura necesita el apoyo de 289 diputados, la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional, que actualmente cuenta con 576 representantes. Es por eso que la acción de los socialistas díscolos por sí misma no lograría derribar al primer ministro, y habría que sumar el apoyo de la extrema derecha de Agrupación Nacional (RN). Los de Marine Le Pen anunciarán su posicionamiento el mismo miércoles, antes del inicio del debate de la moción de censura.