El Tribunal de Gante (Bélgica) ha dictaminado este jueves extraditar a España a la etarra Natividad Jáuregui, "Pepona", a quien la justicia española reclama por atentados cometidos en los años 80, aunque los abogados van a recurrir la decisión, ha confirmado a Efe su abogado. "La decisión no es definitiva. Vamos a recurrir al Tribunal de Casación", afirmó su abogado, Paul Bekaert, tras explicar que todavía no hay fecha para la vista en el Tribunal de Casación, ubicado en Bruselas, aunque ha considerado que será "en unas semanas".
La justicia belga había denegado la extradición de Jáuregui en 2004, 2005 y 2015 al "presumir" que España podría violar los derechos humanos de la etarra, un argumento que rechazó el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo porque la justicia belga no examinó de forma completa este riesgo ni tampoco las euroórdenes emitidas por España. Esa demanda contra la justicia belga ante la corte de Estrasburgo fue presentada por la familia del militar asesinado por ETA en 1981 Manuel Romeo.
Tras el pronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que condenó a Bélgica a indemnizar a la familia de la víctima, el Tribunal de Gante ha revisado ahora su decisión inicial de no extraditar a Jáuregui, según ha explicado el letrado, razón por la que han apelado.
Detenida en 2016
Jáuregui fue detenida por última vez en 2016 en Bélgica a petición de la Audiencia Nacional, aunque casi de inmediato fue puesta en libertad en Gante con el argumento de que "España podría violar los derechos humanos" de la reclamada de cumplirse la extradición.
La justicia española emitió las órdenes contra Jáuregui en 2004, 2005 y 2015 por su supuesta implicación como miembro del Comando Vizcaya en la muerte de seis agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluido Romeo, en 1981.
"Pepona", que estaba huida desde 1979, había sido detenida anteriormente en 2013 en Gante, donde residía durante una década después de vivir en México y Francia. No estaba empadronada en la ciudad, pero sí figuraba registrada bajo su nombre real en la seguridad social belga, explicó entonces a EFE su abogado. La presunta terrorista "no se escondía" en Bélgica, y de hecho trabajaba como cocinera en restaurantes y para familias particulares, según el letrado. También participó en la elaboración de un libro de cocina en el que colaboraron cocineros de distintos países y ella aparecía con su nombre y fotografía, explicó Bekaert.