Los medios israelíes informan que ocho días después de que Benny Gantz renunciara al gobierno israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha dicho que el gabinete de guerra ha sido disuelto. Reuters informa de que se trata de una medida muy esperada que se produjo después de la salida del gobierno del exgeneral centrista Benny Gantz. Netanyahu había hecho frente a demandas de los socios nacionalistas-religiosos de su coalición, el ministro de Finanzas de extrema derecha, Bezalel Smotrich, y el ministro de seguridad nacional, Itamar Ben-Gvir, para ser incluido en el gabinete de guerra, una medida que podría haber intensificado las tensiones con socios internacionales, incluidos los Estados Unidos.

Según el diario Haaretz, "algunas de las cuestiones previamente discutidas por el gabinete de guerra ahora serán transferidas para su discusión en el gabinete de seguridad, pero las decisiones sensibles se abordarán en un foro de consulta más pequeño". La medida se produce mientras los manifestantes contra el gobierno de Netanyahu y contra la gestión de la guerra con Hamás están organizando una semana de manifestaciones con el objetivo de forzar una elección antes del primer aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre.

Por otra parte, el primer ministro de Israel habría criticado los planes anunciados por el ejército de hacer pausas tácticas diarias a los combates a lo largo de una de las carreteras principales hacia Gaza para facilitar la entrega de ayuda. "Cuando el primer ministro escuchó los informes de una pausa humanitaria de 11 horas por la mañana, se dirigió al secretario militar y le dejó claro que eso era inaceptable para él", ha dicho un funcionario israelí anónimo a los medios de comunicación el domingo la noche.

Las operaciones continúan en Rafah

El funcionario ha dicho que Netanyahu recibió garantías que "no hay cambios" en la política militar y que "los combates en Rafah continúan según lo que se ha planeado". Los canales de televisión israelíes citaron más tarde Netanyahu criticando a los militares, diciendo: "Tenemos un país con un ejército, no un ejército con un país".

El ejército aclaró que las operaciones normales continuarían en Rafah, el principal foco de su operación en el sur de Gaza, donde ocho soldados murieron el sábado. Sin embargo, la reacción de Netanyahu ha subrayado las tensiones políticas sobre la cuestión de la ayuda que llega a Gaza, donde las organizaciones internacionales han advertido sobre una creciente crisis humanitaria.

Itamar Ben-Gvir, que dirige uno de los partidos religiosos nacionalistas a la coalición gobernante de Netanyahu, ha denunciado la idea de una pausa táctica, diciendo que cualquiera que la decidiera era un "tonto" que tendría que perder el trabajo.