El 24 de enero, el Parlamento italiano escogerá al próximo presidente de la República. En él se congregarán en una sesión conjunta más de un millar de personas entre diputados (630), senadores (320) y delegados regionales (58), que escogerán al sustituto de Sergio Matarella, por los siete próximos años. Y, aunque todavía no ha hecho oficial su candidatura, Silvio Berlusconi quiere ser el próximo jefe de Estado de Italia.
A sus 85 años y habiendo sido tres veces el primer ministro del país, Berlusconi luchará ahora por conquistar su última ambición. Si lo consiguiera, sería jefe de Estado hasta los 92. Ya ha empezado a trabajar discretamente, llamando a posibles apoyos entre los diferentes partidos. Y también preparando toda una ofensiva mediática.
Conquistas telefónicas
Para muchos italianos, esta última voluntad de il cavaliere podría parecer una especie en broma, una fake new. Pero todo el contrario. Berlusconi ya ha empezado su batalla particular, reuniendo a sus socios para cerrar filas.
Todos estos esfuerzos van dirigidos hacia un único objetivo: conseguir los votos que hacen falta para ganar la votación y mudarse a la sede de la Presidencia, el palacio romano del Quirinal. Así lo ha corroborado Enrico Letta, líder del Partido Demócrata, la principal formación de centroizquierda italiana "su candidatura existe y es muy seria. Sé de parlamentarios, algunos de nuestro grupo, que han recibido una llamada de Berlusconi".
¿Le salen las cuentas?
Sin embargo... ¿Exactamente, como|cómo puede conseguir el popular político y magnate italiano hacer realidad su sueño de ser jefe de Estado? Hacen falta los votos de dos tercios del hemiciclo o mayoría absoluta desde el cuarto escrutinio. Y ningún bloque cuenta con tantos apoyos por ellos mismos.
Y, il cavaliere, con una mochila llena de escándalos y sentencias en contra a su espalda, no es una persona que genere consensos. Por eso, es consciente que su posible candidatura no será precisamente recibida con los brazos abiertos por sus rivales como el mismo Partido Demócrata de Letta o el Movimiento 5 Estrelles.
Posibles apoyos|soportes
En cambio, sabe que puede contar con un buen manojo|puñado de votos de sus socios de coalición: los ultras Matteo Salvini y Giorgia Meloni, líderes de la Lega y Fratelli d'Italia respectivamente, y otras pequeñas formaciones conservadoras.
Así, las posibilidades de Berlusconi podrían aparecer al cuarto escrutinio, cuando solamente necesitará mayoría absoluta, es decir, 505 votos de los 1008 electores convocados a finales de mes. Ahora mismo, suma alrededor de 450 votos: los 127 parlamentarios de su partido (Forza Italia); 197 de la Liga, 68 de los Fratelli, 33 de los delegados regionales y algunos grupúsculos del Parlamento centristas y conservadores.
Al fin y al cabo son suposiciones, ya que no se puede descartar que cualquiera de estos partidos "traicione" Berlusconi y conviertan su gran aspiración en una pesadilla.
Piropos desde sus medios
Mientras intenta conseguir los apoyos que le faltan, Berlusconi prepara una gran ofensiva mediática, como no podía ser de otra manera. ¿Su diario, Il Gornale, el jueves pasado ya empezó a preparar el terreno, publicando una pieza titulada "¿Quién es Silvio Berlusconi?" en el que se da un repaso de su vida y de sus supuestos hitos.
En él, lo describen como una "buena persona y generosa", "padre de cinco hijos y abuelo de quince nietos", "amigo de todos y enemigo de nadie" así como "uno de los mayores contribuyentes de Italia". También lo dibujan como "un héroe de la libertad, fundador del centroderecha liberal, cristiano y europeísta".
Por si todo fuera poco, el artículo atribuye a Berlusconi haber acabado con la guerra fría, cuando reunió en el 2002 a su amigo Putin y el entonces presidente de los EE. UU., George W. Bush. "¿Quién mejor que él?", se pregunta uno de los políticos más controvertidos de la historia sobre él mismo desde su propio medio.