El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha rechazado la idea de una posible invasión del ejército israelí en el Líbano, como han adelantado esta tarde medios estadounidenses, que aseguran que el estado hebreo habría anunciado una incursión al país en las próximas horas. En rueda de prensa, el presidente de los EE.UU. ha declarado que "le gustaría que pararan". Ante una pregunta sobre "una operación limitada al Líbano" y sobre si estaba al corriente del plan|plano de Israel, el presidente norteamericano asegura "estar más al corriente de lo que piensan" y se ha reafirmado al pedir un alto el fuego desde la Casa Blanca.

Según apunta The Washington Post, un alto funcionario de los Estados Unidos, que lidera el diálogo con el estado hebreo dentro de la administración de Biden, habría comunicado al presidente que Israel estaba planeando "una gran invasión terrestre con el objetivo centrado al destruir túneles de Hizbulá, lanzacohetes, escondites de armas y otras infraestructuras, para después retirar fuerzas". La campaña planeada por Israel sería más pequeña que su última guerra contra Hizbulá en el 2006 y se centraría en limpiar la infraestructura militante a lo largo de la frontera para "eliminar la amenaza para las comunidades fronterizas israelíes".

Empieza la siguiente fase de la guerra

La información revelada por los medios estadounidenses otorga otra dimensión a las palabras pronunciadas este lunes por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que ha advertido que "la siguiente fase de la guerra empezará pronto". El ejército tiene como misión "devolver a los residentes a sus hogares", ha dicho el ministro, en referencia a los más de 60.000 israelíes que han abandonado su casa por los intercambios de fuego con Hizbulá.

Por su parte, el vicesecretario general de la milicia chií, Naim Qassem, ha afirmado que el grupo "está preparado para una confrontación terrestre con el enemigo" y ha asegurado que Israel "no ha sido capaz" de destruir sus capacidades militares a pesar de la campaña de bombardeos masiva iniciada hace una semana. En los últimos días, Israel ha intensificado los bombardeos sobre el Líbano y ha matado en gran parte de la cúpula de Hizbulá, incluido su líder Hasan Nasrallah. Las autoridades libanesas han informado de que los bombardeos de la última semana se han cobrado ya la vida de más de 1600 personas.

La Unión Europea pide "un alto el fuego inmediato"

La Unión Europea continúa insistiendo en la petición de un alto el fuego inmediato entre Hezbolá e Israel, y que ambas partes garantizar el retorno seguro de las poblaciones desplazadas de ambos bandos. El alto representante, Josep Borrell, pide que "se comprometan en la implementación llena y simétrica de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas" como parte de un acuerdo negociado más amplio.

En un comunicado, Borrell también ha hecho referencia a las numerosas víctimas civiles en el Líbano, la destrucción de infraestructuras civiles con sus implicaciones a largo plazo y al elevado número de personas desplazadas. El político español cree que "ahora hay que silenciar las armas, y la voz de la diplomacia tiene que hablar y ser escuchada por todos". Asegura que el disparo de cohetes y otros proyectiles de Hezbolá en territorio israelí "tiene que parar", y ha puntualizado que Israel tiene derecho a defenderse siempre que "tenga en cuenta los límites del derecho internacional humanitario".