El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este jueves que tiene la intención de presentarse a la reelección a las próximas elecciones, que se celebrarán en el 2024. Lo ha dicho en su primera rueda de prensa que ha hecho desde que llegó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
Biden, de 78 años, rebaja de esta manera las expectativas que se habían generado en torno a una posible candidatura de su vicepresidenta, Kamala Harris, la primera mujer negra en ser la número dos del gobierno de la primera potencia mundial.
No obstante, posteriormente ha aclarado que nunca en su vida ha podido hacer planes con una antelación de cuatro años o tres años y medio. Visiblemente frustrado por las preguntas de los periodistas para que diera más detalles sobre sus planes, Biden ha replicado: "Mirad, no sé de dónde venís chicos. Yo le tengo mucho respeto al destino y no soy capaz de hacer planes con seguridad con una antelación de cuatro años o tres años y medio". El mandatario, además, ha dicho que espera que Harris sea su compañera de fórmula como aspirante a la vicepresidencia en el 2024 y ha asegurado que está siendo una "gran socia".
Sobre la posibilidad de enfrentarse en el 2024 al expresidente Donald Trump (2017-2021), a quien ya venció en los comicios del año pasado y que ha abierto la puerta a presentarse las próximas elecciones presidenciales, Biden no ha desperdiciado la ocasión para lanzar una ironía: "No tengo ni idea de si habrá un Partido Republicano entonces".
En los dos meses que hace que es presidente, Biden ya ha protagonizado varios episodios bien extraños que hacen difícil incluso pensar que podrá acabar su primer mandato con buenas condiciones. El más controvertido se produjo ahora hace cinco días cuando tropezó hasta tres veces antes de subir al Air Force One, el avión presidencial, en un viaje a Atlanta. Días antes, en un discurso en Tejas, Biden había llegado a desorientarse hasta tal punto de preguntar: "¿Qué estoy haciendo aquí"?.
La migración y México
Preguntado sobre el problema migratorio crónico que sufre el país, Biden se ha sacado las culpas y ha acusado a México de negarse a acoger familias deportadas por los mismos Estados Unidos. "Estamos negociando con el presidente de México, creo que veremos un cambio, todos [los migrantes indocumentados] tendrían que poder ser devueltos", ha dicho a pesar de haber criticado duramente durante la campaña la voluntad deportadora de su predecesor, Donald Trump. Precisamente sobre él, Biden se ha reído cuando una periodista le ha preguntado por él refiriéndose en este mismo término y ha ironizado: "Oh, Dios mío, como lo echo de menos".
Por esta cuestión, Biden ha designado esta misma semana la vicepresidenta Harris como la encargada de liderar la misión de frenar la migración irregular desde Centroamérica y la coordinación con El Salvador, Honduras y Guatemala para combatir los problemas de violencia y corrupción que provocan la huida de sus ciudadanos hacia el norte.