A cinco meses de las elecciones, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado un plan para regularizar a más de medio millón de inmigrantes que viven en el país sin papeles. El gobierno, que ha presentado la iniciativa este martes, ha adelantado que la decisión favorecerá principalmente a aquellas personas casadas con ciudadanos estadounidenses. La normativa es un primer paso para que los extranjeros puedan solicitar el permiso de residencia, también conocido como green card, pero todavía tardará unos meses a entrar en vigor. La decisión se ha visto como un intento a la desesperada de atraer a votantes latinos, decisivos en los estados de Arizona o Nevada.

El permiso que impulsará Biden tendrá una vigencia de tres años y dotará de protección a los que ya están en territorio estadounidense para que no sean deportados. Aparte, posibilitará hacer la petición de un permiso de trabajo. "Estas personas tienen profundos lazos familiares y con su comunidad en los Estados Unidos", ha señalado uno de los funcionarios que ha avanzado la medida.

Haber vivido en el país durante 10 años, un requisito necesario

Conseguir el permiso, sin embargo, no será una tarea fácil. Los solicitantes tendrán que acreditar que están casados con un ciudadano estadounidense desde antes del 17 de junio del 2024, un día antes de hacerse pública la normativa, y que, como mínimo, han vivido durante 10 años en los Estados Unidos. Los hijos menores de 21 años de las personas que cumplan los requisitos también podrán pedir el permiso, si es que no lo tienen. Los que no lo podrán solicitar de ninguna manera son los migrantes que han sido deportados al pasado.

La inmigración, uno de los temas centrales de la campaña

Esta no ha sido la única iniciativa proinmigración que ha anunciado el gobierno demócrata en las puertas de las elecciones. La Casa Blanca ha prometido "mejorar" el proceso de solicitud de visados de trabajo de aquellos que llegaron al país de niños y que todavía no tienen regularizada su situación. Pero otra vez, solo una pequeña parte de las personas sin papeles podrán beneficiarse: la medida va destinada a los graduados que hayan cursado sus estudios en una universidad estadounidense y tengan una oferta de trabajo de una empresa de los Estados Unidos.

Estos anuncios in extremis se han quedado cortos para algunos demócratas, sobre todo teniendo en cuenta que Biden prometió en campaña que facilitaría la ciudadanía a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en los Estados Unidos. Una de las políticas migratorias más importantes de los Estados Unidos la llevó a cabo el anterior presidente demócrata, Barack Obama, que el año 2012 impulsó un programa que ha permitido a más de 800.000 migrantes obtener los permisos de trabajo y de protección y no ser deportados a sus países de origen.