Reunión sin acuerdo. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro británico, Keir Starmer, se reunieron este viernes en Washington y reafirmaron su apoyo a Ucrania, pero no tomaron una decisión sobre si permiten o no en Ucrania el uso de misiles occidentales de largo alcance contra territorio ruso, un plan que ha provocado las amenazas de una guerra con la OTAN por parte de Moscú. La expectativa en este encuentro era alta, aunque no se ha producido el anuncio que esperaba Kyiv. En declaraciones en la prensa después de la reunión, Starmer ha afirmado que las discusiones continuarán con un "grupo más amplio de individuos" durante la semana de reuniones de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, que se celebrará al fin de este mes. Starmer ha añadido que la reunión "no era para tomar una decisión concreta", quien ha defendido el derecho de Ucrania a defenderse y aseguró que la OTAN seguirá apoyando en Ucrania.
Apoyo a Ucrania
El asunto sobre el uso de los misiles no apareció en el comunicado final de la reunión ni en las declaraciones que los dos líderes ofrecieron antes de la reunión. Biden ha aprovechado la palabra para agradecer a Starmer el "liderazgo" que el Reino Unido ha mostrado a la guerra de Ucrania y ha reiterado que Washington está "comprometido" a ayudar en Ucrania en su defensa de la "agresión rusa". Por su parte, Starmer ha expresado su apoyo a Ucrania en "esta vital guerra por la libertad" y ha afirmado que los próximos meses serán "muy importantes" para el camino del conflicto.
Horas antes de la reunión, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, había insistido en que su país necesita atacar objetivos militares situados en el interior de la Federación Rusa para cambiar el curso de la guerra a favor suyo. Otros aliados como Polonia quieren que los EE.UU. permitan a Kyiv utilizar estos misiles para atacar objetivos militares dentro de Rusia. Con todo, quedan a la espera de cuando Biden anunciará algún cambio. Hasta ahora la política de los Estados Unidos ha sido apoyar en Ucrania y, desde el inicio del conflicto, le ha entregado más de 55.000 millones de dólares en armamento, pero ha puesto condiciones sobre como Kyiv tiene que usar las armas que entrega los EE.UU. o que están fabricadas con componentes estadounidenses para evitar una escalada con Rusia. El pasado mes de mayo, Biden autorizó por primera vez en Kyiv realizar ataques sobre territorio ruso, en concreto, para defender la entonces asediada ciudad de Járkov.
Autorizar el uso de misiles
Una posible medida que podría tomar Biden es autorizar el uso por parte de Ucrania de los misiles británicos Storm Shadow para atacar objetivos fuera de su territorio. El Reino Unido y Ucrania necesitarían la aprobación del presidente estadounidense, ya que algunos componentes de estos misiles son fabricados en Estados Unidos.
Ucrania también quiere contar con autorización para poder utilizar contra Rusia los misiles estadounidenses de largo alcance ATACMS, que Washington ya ha enviado a Ucrania. No obstante, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, advirtió este viernes en una rueda de prensa que Biden no iba a anunciar ningún cambio en la política estadounidense de momento. "No hay cambios en nuestra visión sobre la provisión de capacidades de ataque de largo alcance porque Ucrania las use dentro de Rusia. No esperaría ningún anuncio importante sobre este tema", dijo. Uno de los mayores temores de EE.UU. sigue siendo una escalada con Rusia.