Una semana después de la investidura de Donald Trump como 47.º presidente de Estados Unidos, su mujer, Melania Trump, ya tiene su retrato oficial como primera dama. En la imagen, en blanco y negro, la eslovena aparece de pie y apoyada sobre una mesa transparente con una postura de mujer empoderada y al puro estilo empresaria. Melania Trump viste traje chaqueta con pantalones negros y camisa blanca, y tras su figura hay una ventana donde se puede ver el obelisco de Washington, en honor al primer presidente de Estados Unidos, George Washington. El retrato ha sido realizado por la fotógrafa belga Régine Mahaux, quien ya inmortalizó a la primera dama durante el primer mandato de Donald Trump.
La Casa Blanca ha sido la encargada de difundir la nueva foto oficial de la primera dama, que se realizó el 21 de enero del 2025, es decir, el día siguiente del retorno del magnate a la Casa Blanca. Se tomó en el despacho oval amarillo, una estancia situada justo encima del principal del presidente, ya en las dependencias privadas de la residencia del presidente. Esta imagen es también la primera publicación en la cuenta oficial de Melania como primera dama de EE.UU., el perfil de @flotus ya tiene casi 4 millones de seguidores. En la nueva imagen, Melania proyecta una gran seguridad y fortaleza, con un maquillaje impecable y un peinado con unas ondas ligeramente marcadas y con raya en medio. Con esta imagen, Melania Trump busca mostrar una imagen de mujer trabajadora.
Fotógrafa habitual
La elección de la fotógrafa no es casualidad, ya que es quien habitualmente retrata a la primera dama. Régine Mahaux ya había fotografiado a la eslovena en etapas anteriores, como cuando protagonizó las portadas de revistas como Elle o Paris Match. También es la autora de la fotografía oficial de Melania Trump como primera dama en 2017, que se puede ver en el museo de la capital estadounidense. En aquel primer retrato se veía a una Melania Trump en color, con los brazos doblados y con una ligera sonrisa, en un plano medio. También lucía cabellera y vestía de negro, pero con un abrigo, y mostraba un gran anillo de diamantes —el de compromiso, de talla esmeralda y valorado en un par de millones de dólares— y también el de casada, con otros 15 diamantes. En el de este año, en cambio, no se aprecian joyas, y queda retratada desde más lejos, más seria y con la ciudad a sus pies.