Boris Nadezhdin, opositor de Vladímir Putin, ha dicho que no reunirá a sus partidarios para protestar contra su exclusión de las elecciones presidenciales del próximo mes porque asegura que ha aprendido de los "errores de Alekséi Navalni". "Significaría exponer a mis partidarios a la policía y a las porras", ha destacado Nadezhdin en The Moscow Times, en referencia a la inevitable represión a la espera de protestas no autorizadas en Rusia. "Eso no es correcto y no lleva a ningún sitio".
Nadezhdin, el único aspirante a la presidencia que condenó abiertamente la guerra de Ucrania, estuvo prohibido en las urnas a pesar de obtener el apoyo de miles de rusos, una decisión confirmada por el Tribunal Supremo esta semana. Ha dicho que tiene previsto recurrir la decisión del Tribunal Supremo. "Seguiremos intentando volver a las urnas utilizando el sistema judicial", ha dicho a The Moscow Times en una entrevista telefónica.
La muerte de Navalni, el crítico más formidable del Kremlin, en una colonia prisión en el Ártico de Rusia ha generado un velo de desesperación por lo que queda de la oposición de Rusia después de años de represión. Igual que Nadezdhin, a Navalni también se le prohibió la candidatura a la presidencia, con su campaña del 2018 bloqueada a causa de cargos criminales ampliamente considerados como motivados políticamente. En respuesta, Navalni pidió protestas masivas que fueron brutalmente reprimidas en todo el país.
Pero Nadezdhin ha dicho que rechaza las tácticas de Navalni, en lugar de conseguir un cambio a través del sistema electoral, en lugar de arriesgarse a una confrontación directa con las autoridades. "No quiero que pase ninguna revolución ni golpe de Estado en Rusia", ha expuesto. "Quiero que el gobierno cambie como resultado de las elecciones".
Nadezdhin y Navalni, caminos diferentes
Nadezdhin, de 60 años, ha destacado que él y Navalni escogieron caminos muy diferentes, con las investigaciones de este último sobre Putin y su estilo de vida fastuoso. Navalni acabó entre rejas sobre todo porque criticó a Putin en el ámbito personal; estaba haciendo declaraciones muy duras sobre Putin", ha expuesto Nadezhdin. "Critico la política [de Putin], pero nunca a él como persona, nunca he hablado de sus asuntos personales".
Nadezhdin también ha dicho que ve la estrategia de Navalni de exponer la corrupción de alto nivel como ineficaz en el contexto político actual de Rusia. "Las acusaciones de corrupción no funcionan nada en Rusia porque la mayoría de los rusos piensan más o menos así: si alguien está en el gobierno, es absolutamente normal que reciba unos ingresos [ilegítimos]", ha dicho. "Por desgracia, es así".