El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha confirmado este lunes que los Estados Unidos levantarán las restricciones al armamento de largo alcance para atacar en Rusia que permitirá en Kiev atacar objetivos hasta 300 kilómetros dentro de territorio ruso.

Es menos que nada. No me parece una distancia espectacularmente profunda", ha valorado al político español, que ha sido el primer dirigente europeo al hablar concretamente sobre la decisión de Washington, que todavía no había tenido una confirmación oficial. Borrell ha incidido al decir que Ucrania tiene que poder usar los sistemas militares "no solos para frenar las flechas, sino para golpear al arquero", en clara alusión a atacar directamente en Rusia.

El portavoz de la Política Exterior de la Unión Europea no ha querido entrar en las razones de Biden para dar este paso o por qué la decisión llega después de las elecciones y pocas semanas antes de la vuelta de Donald Trump al Despacho Oval. Según apuntaban ayer por la noche medios norteamericanos, Biden habría cambiado de opinión como respuesta al envío de miles de tropas de Corea del Norte a la región de Kursk con el fin de ayudar al ejército ruso a recuperar el territorio ganado por Ucrania.

En un inicio, los Estados Unidos habían prohibido en Ucrania el uso de sus armas para lanzar ataques en territorio ruso, una máxima que flexibilizaron el mayo pasado, cuando le concedieron el uso limitado de misiles de alta movilidad, denominados HIMARS, para defender la ciudad de Khàrkiv. La última autorización supone atravesar una importante línea roja de la política de guerra de la administración Biden, que hasta el momento se había resistido a esta demanda ucraniana y que se produce dos meses antes del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.

La pelota en el tejado de Francia y Alemania

Borrell también ha descartado que tenga que haber una decisión unánime de la UE, reiterando que corresponde a cada estado miembro decidir las condiciones del armamento que suministra en Kiev.

La decisión de Washington traslada ahora el foco en países como Francia y Alemania, Estados miembros que suministran este tipo de armamento en Ucrania. De momento el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, ha indicado que el presidente galo, Emmanuel Macron, ya ha dicho que es una opción "a considerar", apuntando que "no hay nada nuevo bajo el sol", con respecto al paso de los Estados Unidos y que Pariera pueda adoptar esta misma decisión.

Del lado de Alemania, el Ejecutivo de Olaf Scholz ha reiterado su negativa a entregar en Ucrania misiles de largo rango tipo Taurus, aunque existen diferencias evidentes en el seno de la coalición, ya que los Verdes defienden que Ucrania pueda defenderse y la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, ha considerado "importante" la decisión de Biden en este momento de la guerra.