No es la primera vez que lo pide. El Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha insistido en la idea de crear un ejército europeo. La cabeza de la diplomacia comunitaria ha presentado este miércoles una propuesta para que la nueva política de defensa de la Unión Europea cuente con más capacidades para responder ante nuevos retos como la guerra híbrida o cibernética, así como para que sea más flexible para poder actuar con más autonomía.
"El punto de partida de la Brújula Estratégica es reconocer que Europa está en peligro. Enfrenta nuevas amenazas que no son solo militares o territoriales", advierte Borrell en un documento que se presentará la próxima semana a los ministros de Exteriores y Defiende de la unión. De esta manera, avisa de que la defensa de Europa "necesitará un nuevo e integral concepto de seguridad" y que "las tecnologías emergentes tendrán un impacto profundo en la guerra futura".
Más de 5.000 soldados
La posición de Borrell no es nueva, ya que durante junio de 2020 recibió el encargo de los líderes de la UE de preparar a una guía de acción en el ámbito de la defensa. Desde entonces ha trabajado estrechamente con los Estados miembros, sobre todo con los servicios de inteligencia de los 27, con los cuales hizo una evaluación de las amenazas actuales para la seguridad comunitaria. Esta evaluación concluyó hace un año y el informe es clasificado. A pesar de eso, el Alto Representante aseguró que el documento "nos muestra que vivimos en un mundo mucho más hostil" y que Europa tiene que actuar para evitar "hacerse más pequeña" a escala estratégica.
De hecho, en septiembre de este año también defendió la necesidad de crear una defensa europea más potente, que según los papeles que tiene la UE sobre la mesa tendría que ser de más de 5.000 soldados. Una idea que no gustó mucho a la OTAN. Ahora, se espera que la propuesta de Borrell se apruebe en marzo de 2022. Una propuesta que cuenta con cuatro ejes: gestión de crisis, resiliencia, capacidades y asociaciones. "La UE quiere ser algo más que un poder blando", ha remarcado.
El espacio será el nuevo campo de batalla
Concretamente, una de las principales novedades del proyecto es que los Estados miembros junten esfuerzos y generen nuevas capacidades que les permitan movilizar con rapidez un cierto número de tropas (los mencionados 5.000 efectivos). "No es la fuerza lo que determina la misión, sino la misión la que determina la fuerza", ha defendido. Entonces, esta capacidad de despliegue rápido podría implementar "todas las misiones que están en los tratados", que pueden incluir "el uso de la fuerza" y que abarcan la interposición entre fuerzas que extienden combatiendo, dar seguridad en un aeropuerto o la evacuación de civiles. Borrell ha dejado claro que estas fuerzas se tienen que ejercitar juntas regularmente, al contrario de lo que pasaba con los batallones que la UE impulsó en el 2007 que nunca ha llegado a utilizar.
Borrell ha pedido unir a la misma caja de herramientas las diferentes iniciativas comunitarias contra ciberataques, interferencias extranjeras o intentos de manipulación. Además, ha alertado de que el espacio será el nuevo campo de batalla y que serán esenciales cuatro ámbitos de acción: las plataformas navales no tripuladas, los sistemas aéreos de combate, las capacidades para observación de la tierra desde el espacio y los tanques de combate.