Finalmente, el Bundestag no ha aprobado el proyecto de ley impulsado por la Unión Demócrata Cristiana / Unión Socialcristiana (CDU/CSU) que proponía endurecer la política migratoria, con el voto de Alternativa por Alemania (AfD). Un total de 350 diputados han votado en contra, 338 han votado a favor, 5 han optado por la abstención y 43 no han emitido su voto, por lo que la propuesta ha decaído. El resultado deja la CDU/CSU dividida, puesto que la ley posiblemente no se habría quedado en minoría de no ser porque 12 miembros de su grupo no han votado. Por su parte, el Partido Democrático Libre (FDP), que en un principio preveía votar a favor de la reforma, ha cambiado de postura en el último momento. El líder de la formación liberal, Christian Lindner, ha argumentado que lo mejor era no apoyar el texto en busca de un consenso dentro del "centro político", una decisión que el socialdemócrata Rolf Mutzenich ha tildado de "correcta". La votación en la cámara baja se había aplazado varias horas por la insistencia del resto de partidos por encontrar un compromiso.
La propuesta para reformar la ley migratoria ha hecho estallar un terremoto político en el país después de que la coalición conservadora se haya apoyado en la ultraderecha. El hecho de que la derecha tradicional del país haya roto el popular cordón sanitario alemán es algo inédito. Tras la Segunda Guerra Mundial, los partidos políticos decidieron excluir a la extrema derecha de todos los pactos y negociaciones en el ámbito federal, hasta este miércoles.
En un principio, la cámara baja había convocado a los partidos que la componen para una nueva votación en la que se esperaba un resultado similar al del miércoles, es decir, una nueva alianza entre la CDU/CSU y AfD. Sin embargo, la diferencia era que ya no se trataba de mociones no vinculantes, sino de decidir si se aprovaba un paquete legislativo que implicaría suspender las reunificaciones familiares de refugiados y aumentar las devoluciones en caliente en la frontera. El no apoyo de FDP ha canviado por completo las previsiones.
Este miércoles, AfD se sumó por primera vez a una mayoría parlamentaria para reclamar al Gobierno una política migratoria más severa. Este acercamiento provocó críticas no solo del canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, sino también de figuras conservadoras como la anterior jefa del ejecutivo alemán, Angela Merkel. La excancillera criticó de forma frontal al actual líder de su partido, Friedrich Merz, por haber incumplido sus promesas y haber pactado con la ultraderecha, lo que había sido una línea roja hasta ahora dada la historia del país.
Merkel emitió un comunicado donde se desmarcaba de la decisión de la CDU/CSU y recordaba a Merz que se comprometió el pasado noviembre en sede parlamentaria a tender puentes con el Partido Socialdemócrata y Los Verdes para así evitar AfD. La excancillera lamentó que "por primera vez" y con "los ojos abiertos" una iniciativa salga adelante con los votos de los diputados ultraderechistas. Por eso, apeló a los "partidos democráticos" para que aparcaran sus intereses electoralistas y apostaran por la moderación y por el respeto a las leyes europeas. Una demanda que el Bundestag ha cumplido este viernes.