Las autoridades locales de Texas, en los Estados Unidos, buscan al autor del asesinato de cinco personas en un tiroteo masivo en la localidad de Cleveland, en el condado de San Jacinto (Texas), el pasado viernes. Se trata de un hombre de 38 años de nacionalidad mexicana, a quien la policía ha identificado como Francisco Oropeza y que después de matar a sangre fría a sus vecinos hondureños —cuatro adultos y un niño— se dio a la fuga. Este domingo se ha ampliado el perímetro de búsqueda y las autoridades han ofrecido una recompensa de hasta 5 millones de dólares a quién tenga cualquier tipo de información que lleve a la detención del asesino, que reconocen que "podría estar en cualquier parte".
Varias agencias del gobierno federal, incluido el FBI, están colaborando en la investigación del tiroteo. En una rueda de prensa, el agente a cargo de la oficina del FBI en Houston, James Smith, ha advertido que el autor del tiroteo está armado y es "peligroso", y ha hecho un llamamiento a los vecinos para que tomen precauciones y estén alerta, de manera que puedan avisar a las autoridades si lo ven. Sin embargo, ha advertido a los vecinos que no "se tomen la justicia por la mano" y avisen a la policía. Inicialmente, las autoridades creían que tenían acosado el sospechoso en una zona boscosa, no muy lejos de donde había pasado el tiroteo; pero después de una intensa búsqueda, encontraron abandonado el teléfono con que le habían seguido la pista, así como varias prendas de ropa de que se había deshecho. Además, los perros que seguían el rastro lo perdieron cuando llegaron a un río.
Asesina a los vecinos porque le recriminaron que hacía ruido
Oropeza era conocido en el vecindario porque le gustaba disparar al jardín de su casa con un fusil de asalto AR-15 y la policía ya había tenido que intervenir en un par de ocasiones, detalló al sheriff del condado de San Jacinto, Greg Capers. El pasado viernes por la noche, el sospechoso estaba en el jardín de su casa disparando, como hacía habitualmente, cuando uno de sus vecinos se le acercó y le pidió que dejara de hacerlo porque ya era muy tarde y un bebé estaba intentando dormir. Su reacción fue ir a casa de los vecinos y dispararles en el cuello y a la cabeza, como si se tratara de una "ejecución", según describió Capers. Las autoridades tienen un vídeo donde se ve el autor andando hacia casa de los vecinos y también han recuperado el arma del crimen.
Dentro de la vivienda había diez personas. Las víctimas mortales fueron tres mujeres, un hombre y un niño de ocho años. Los adultos murieron en el acto, pero el niño fue trasladado en helicóptero al hospital, donde acabó muriendo. Tres niños más fueron trasladados al hospital, cubiertos de sangre, pero no estaban heridos, presuntamente gracias a la protección de las mujeres, que interpusieron sus cuerpos a los de los niños, ya que la policía encontró a dos de los niños vivos bajo los cuerpos de ellas. En concreto, los muertos son Daniel Enrique Lazo, de 8 años; Sonia Argentina Guzmán, de 25 años; Diana Velásquez Alvarado, de 21 años; Obdulia Molina Rivera, de 31 años; y José Jonathan Cáceres, de 18 años.
Honduras exige que caiga "todo el peso de la ley" sobre el responsable
Los familiares de las víctimas han solicitado al gobierno de Honduras, presidida por Xiomara Castro, ayuda para repatriarlas. Por otra parte, el canciller del país, Eduardo Enrique Reina, ha exigido este sábado que se castigue con "todo el peso de la ley" el autor del tiroteo. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha sido informado sobre el caso, pero de momento no se ha pronunciado al respecto. Sí que lo ha hecho la representante de la ONU en Tegucigalpa, Alice Shackelford, que ha trasladado sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Según Gun Violence Archive (GVA), un proyecto sin ánimo de lucro que sigue la violencia armada en los Estados Unidos, este tiroteo se considera como un tiroteo masivo, ya que ha tenido más de cuatro víctimas. Según esta organización, desde comienzo del 2023 se han registrado 174 tiroteos masivos al país.