En una nueva muestra de las dificultades de Europa para liderar el diálogo diplomático sobre la guerra en Ucrania, el Reino Unido ha cancelado la reunión de ministros de Asuntos Exteriores prevista para este miércoles en Londres, a raíz de la negativa de Estados Unidos a participar. El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, ha comunicado horas antes del encuentro a su homólogo británico, David Lammy, que ni él ni el enviado especial del presidente acudirían a la reunión. Sin embargo, Steve Witkoff, emisario de Donald Trump para las conversaciones de paz, sí que mantendrá su agenda y asistirá esta semana a una cuarta reunión en Moscú. Rubio ha anunciado que tiene previsto visitar el Reino Unido “en los próximos meses”.

Ante esta ausencia, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha informado en un comunicado de que el encuentro queda aplazado. En lugar de una reunión al más alto nivel, Londres acogerá este miércoles conversaciones entre representantes de rango inferior, a puerta cerrada y sin presencia de medios. No se prevé ninguna comunicación oficial ni rueda de prensa posterior.

A pesar de todo, la delegación ucraniana se ha desplazado a la capital británica. Están presentes el ministro de Asuntos Exteriores, Andrii Sybiha; el ministro de Defensa, Rustem Umerov; y el jefe de gabinete del presidente Zelenski, Andrey Yermak. “Trabajaremos para la paz, a pesar de las circunstancias”, ha afirmado Yermak a través de las redes sociales. “Hoy exploraremos vías para alcanzar un alto el fuego completo e incondicional, como primer paso hacia un acuerdo sólido y una paz justa y sostenible.”

Una filtración envenenada

La cancelación —o aplazamiento— de la reunión ministerial coincide con la circulación de una propuesta conjunta de Estados Unidos y Rusia para poner fin a las hostilidades, según han informado los diarios Financial Times y The Telegraph. El plan contemplaría congelar la actual línea del frente y permitir que Rusia mantenga los territorios ocupados desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania, en febrero de 2022.

Según estas informaciones, la propuesta incluiría el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la anexión de Crimea, consumada por Rusia en el 2014, así como el compromiso de vetar la adhesión de Ucrania a la OTAN. Moscú conservaría el control de cuatro regiones ucranianas parcialmente ocupadas: Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia.

El Financial Times atribuía inicialmente esta iniciativa al presidente ruso, Vladímir Putin, pero The Telegraph señalaba este martes que también contaría con el apoyo de Donald Trump, que ha intensificado sus gestiones diplomáticas a través de su emisario, Steve Witkoff.

Putin observa las declaraciones de Trump

El Kremlin, por otra parte, ha asegurado que no considera un ultimátum la amenaza de Estados Unidos de abandonar las negociaciones sobre Ucrania si no están progresos los próximos días. “No (…). Continuamos los contactos con Estados Unidos”, ha destacado Dmitri Peskov, portavoz presidencial, a la rueda de prensa telefónica diaria, en respuesta a la pregunta sobre si Rusia considera un ultimátum la advertencia de la Casa Blanca.