La tregua de 60 días entre el grupo chií libanés Hizbulá e Israel que ha entrado en vigor este miércoles llega después de más de un año de un conflicto que creció de forma exponencial los últimos dos meses, con una devastadora ofensiva de bombardeos israelíes que se extendieron por todo el país, incluyendo el corazón de Beirut, además de una incursión terrestre. Esta guerra ha sido la más destructiva en décadas, mucho más que la del 2006 que ya enfrentó Israel y el grupo chií libanés, y ha dejado una nueva cicatriz al país mediterráneo con miles de muertos, más de un millón de desplazados internos, pueblos reducidos a escombros, infraestructuras destruidas y efectos desastrosos en la ya estropeada economía libanesa que se extenderán al tiempo, tal como destaca Efe.
Muertos y desplazados
Los ataques del ejército de Israel pusieron fin a la vida de 3.823 personas y han causado como mínimo 15.859 heridos desde el inicio del fuego cruzado el 8 de octubre del 2023, según el último informe diario del Ministerio de Salud Pública libanés y recopilación la agencia Efe. Entre las cifras destaca el ensañamiento de Israel contra el sector sanitario: 222 profesionales de la salud asesinados y 330 heridos en 251 ataques contra vehículos médicos, 94 bombardeos contra ambulatorios y 40 contra hospitales. Hasta mediados del mes de septiembre pasado, la cifra de muertos era de 664 y la de heridos se situaba en 2.365, de acuerdo con los datos del Centro de Operaciones de Emergencias del ministerio mencionado.
El número de víctimas escaló a partir del 23 de septiembre, cuando Israel empezó una campaña masiva de bombardeos contra el sur del Líbano que extendió posteriormente en otras regiones del país, como la zona nordoriental de Baalbek-Hermel; los suburbios del Dahye, en el sur de Beirut, o el mismo corazón capitalí. La violencia ha obligado más de 1,2 millones de personas a abandonar su casa, según cifras del gobierno libanés, que calcula que más de la mitad de estas personas han atravesado la frontera hacia Siria.
Un país destrozado
Israel lanzó un mínimo de 13.076 ataques contra el Líbano desde el inicio del conflicto con Hizbulá, de acuerdo con el último informe semanal disponible de la Presidencia del Consejo de Ministros libanés publicado el viernes pasado, y que no incluye los ataques de los últimos días, entre los más intensos de todo el conflicto. Solo durante la semana del 15 al 22 de noviembre, el ejército israelí lanzó 909 ataques, tal como destaca Efe.
El sur del país ha sido la región más castigada, con 3.835 ataques a la gobernación de Sour, seguimiento de Bint Jubeil, con 3.174, y Marjayún, con 3.170. Nabatiye, también en el sur, acumula este año de guerra 1.073 ataques; Hasbaia, 788; seguimiento de Baalbek (este) con 586 y Sidón, 377; mientras que Beirut ciudad acumulaba 8 ataques el día de publicación del informe, en los cuales hay que sumar los que siguen hasta esta jornada. Los puentes y pasos fronterizos entre el Líbano y Siria han sido particularmente dañados.
Según datos del Líbano, Israel utilizó tanto bombas convencionales como munición de fósforo blanco y bombas de dispersión, prohibidas internacionalmente, además de haber utilizado artillería, morteros e incluso excavadoras para destruir viviendas.
La economía libanesa ha quedado devastada
La guerra también ha tenido efectos a la economía libanesa. A mediados de noviembre, el Banco Mundial estimó en 8.500 millones de dólares el coste de los daños físicos y las pérdidas económicas a causa del conflicto en el Líbano entre Israel y Hizbulá. La evaluación provisional de daños y pérdidas del Líbano del Banco Mundial concluye que los daños en las estructuras físicas por sí mismos suben a 3.400 millones de dólares y que las pérdidas económicas han llegado a los 5.100 millones de dólares.
En términos de crecimiento económico, el Banco Mundial considera que el conflicto ha reducido el crecimiento del PIB real del Líbano al menos en un 6,6% en el 2024, una situación que se suma a los cinco años de contracción económica sostenida y aguda que ya afrontaba el país y que ha superado el 34% del PIB real. En una entrevista con Efe en Beirut jueves pasado, el ministro libanés de Economía, Amin Salam, alertó que su país ya registra una tasa de desempleo próxima al 50% y predijo más caídas del PIB a causa de la guerra, escenario por lo que están "renegociando" alternativas a un estancado acuerdo de rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Salamos ya alertó de que el desafío mayor será la economía de posguerra y su gestión inmediata para mejorar la situación gradualmente y evitar problemas sociales. Por eso consideró la comunidad internacional como un actor clave en esta tarea de reconstrucción económica que se reflejará a las otras esferas.