Con el papa Francisco se ha acabado vivir gratis en el Vaticano para los cardenales y los obispos de la Curia. Los antiguos privilegios y costumbres en la cúspide de la Iglesia católica está en el punto de mira. El papa ha decretado "la supresión de alojamiento gratuito y ventajoso para cardenales, jefes de dicasterio, presidentes, secretarios, subsecretarios, ejecutivos, auditores y equivalentes, del Tribunal de Roma Eructa, de los edificios propiedad de las Instituciones curiales y de los órganos que se refieren a la Santa Sede".
La decisión del papa se ha producido al final de una audiencia con el nuevo Prefecto de la Secretaría de Economía, el español Maximino Caballero. En este encuentro Caballero habría pedido "que se asignen y reserven más recursos a la Sede Apostólica, también aumentando los ingresos por la gestión de los activos inmobiliarios", según recoge Efe sobre el documento resultante de la reunión.
"Los órganos propietarios (de los inmuebles) tendrán que aplicar a los sujetos anteriores los mismos precios aplicables a quien no tengan oficina en la Santa Sede o en el Estado de la Ciudad del Vaticano", señala el documento. También se especifica la necesidad de que se pague, según las tarifas existentes, el alojamiento a la Domus Santa Marta, la residencia en el interior del Vaticano donde vive el papa y que muchos prelados, pero también visitantes, utilizan como hotel a veces sin pagar. En el documento, también se eliminan las "aportaciones para la vivienda", suplementos que se pagan para hacer frente al alquiler.
Asimismo, el papa ha establecido que cualquiera deroga esta normativa tendrá que ser directamente autorizada por él.
Un gran patrimonio inmobiliario
Se trata de un gran cambio en el funcionamiento de la Iglesia, sobre todo teniendo en cuenta que Santa Sede en Italia suma 4.051 propiedades (además de 1.120 en el extranjero, sin incluir las nunciaturas), según informa elDiario.es. Además, Efe especifica que en Italia es aproximadamente de 1,6 millones de metros cuadrados y solo el 15% están destinados al mercado libre, el 30% a alquileres subvencionados para empleados, pensionados y otras formas de ayuda y el 55% restante para hasta institucionales o en cualquier caso asignados en régimen de préstamo gratuito, como escuelas o universidades.
No es el primer cambio económico profundo impulsado por el entorno del papa Francisco, quien ya decretó el año 2021 un recorte de sueldos en la Curia romana, que en algunos cardenales llegó al 10%. Esta medida, a pesar de poco popular en algunos sectores, permitió en el Vaticano superar la crisis del coronavirus sin ningún despido. De manera, que, hasta el momento, la política austera de Francisco está dando sus frutos.