El rey Carlos III no interferirá si un día los ciudadanos australianos deciden renunciar a la monarquía. Así lo informó el monarca al movimiento republicano del país oceánico en un intercambio de cartas, según recoge este sábado el medio The Daily Mail. El Movimiento Republicano Australiano (ARM, por sus siglas en inglés) solicitó una reunión con Carlos III, pero se declinó y el secretario personal del rey, Nathan Ross, respondió en su nombre, abordando también la cuestión sobre una posible abolición de la monarquía.
"Tened la seguridad de que sus opiniones sobre este asunto han sido tomadas en cuenta con cuidado", aseguró Ross, quien siguió afirmando que "su Majestad, como monarca constitucional, actúa siguiendo el consejo de sus ministros y, por lo tanto, la decisión de si Australia se convierte en una república, es una cuestión que tienen que decidir los ciudadanos australianos". Asimismo, transmitió a movimiento republicano el "amor y afecto profundo" que siente Carlos III por Australia.
Por su parte, el ARM elogió en su misiva dirigida al palacio de Buckingham la "importante contribución" de la familia real británica en el país y apuntaron a que si se produjera esta desvinculación del país, muy australianos seguirían "respetando la monarquía". En esta línea, subrayaron el interés de mantener una relación "de amigos y aliados próximos" entre ambos países.
Hay que recordar que el último referéndum en Australia, que es miembro del Commonwealth (mancomunidad de exterritorios británicos), se celebró en 1999. En aquel momento, casi un 55% votó a favor de continuar bajo la monarquía constitucional británica, la cual todavía conserva 14 países en el mundo, si bien diversos se plantean una posible independencia.
Esta comunicación de Carlos III se ha hecho pública cuando solo queda una semana para que el monarca inicie una visita oficial a varios países de Oceanía. Concretamente, el rey se trasladará hasta Australia, junto con la reina Camila, el próximo 18 de octubre, donde visitarán Sidney y Camberra. Posteriormente, irán hasta Samoa, donde hará una visita de Estado y asistirá a la reunión de jefes de gobierno del Commonwealth. El viaje se alargará hasta el 26 de octubre y, por eso, Carlos III parará temporalmente el tratamiento de cáncer al cual se está sometiendo, con el permiso de sus doctores. Una decisión que demuestra la mejora en la salud del monarca.
Se trata de un viaje de grande importancia, ya que será la primera visita de Estado desde que fue diagnosticado de cáncer y, a la vez, la primera vez que pisa Australia como jefe de Estado desde que tomó el relevo de Isabel II como monarca. Asimismo, la presencia de Carlos III puede volver a poner encima de la mesa el futuro de la monarquía en territorios dela Commonwealth.