Después de la muerte de Isabel II, la monarquía británica ha entrado en una nueva etapa en que, muy probablemente, puede ir perdiendo influencia por todo la Commonwealth. La monarca era el jefe de estado de algunos de los países miembros, un futuro más incierto para su sucesor Carlos III, quien no despierta la misma simpatía y allana el camino a los movimientos republicanos de estos países. Uno de los estados que tiene a Carlos III como jefe de estado donde el rechazo a la monarquía británica va en aumento es Australia. El debate republicano hace tiempo que corre por la sociedad australiana, pero últimamente ha ido escalando. El último signo que puede hacer preocupar al Windsor es la decisión de no sustituir la imagen de Isabel II de los billetes de 5 dólares por la de Carlos III.
Según informa la BBC, la cara del monarca será sustituida por un nuevo diseño que haga homenaje a "la cultura y la historia" de los indígenas australianos. "Esta decisión de la Junta del Banco de Reserva sigue la consulta con el gobierno australiano, que da apoyo a este cambio", han afirmado desde el Banco. Este cambio se ve como una gran victoria para las personas indígenas australianas y los movimientos antimonárquicos. "Esta es una victoria masiva para las personas de base, las primeras naciones que han estado luchando por descolonizar este país", ha afirmado Lidia Thorpe, senadora de los Verdes australianos.
Hasta el momento no se esperan cambios en otros billetes australianos, pero hace tiempo que hay más distancia con la simbología de la monarquía británica y la sustituye con el reconocimiento a los pueblos indígenas del país, como pasó con los cambios al himno del estado hace un par de años. El año 1999, los australianos votaron en un referéndum mantener la monarquía británica como jefes del país. Sin embargo, el paso de los años y el ascenso al trono de Carlos III podrían motivar un cambio en la organización.
Un rey que reivindica el legado de su madre
El pasado mes de septiembre, después de mucha espera, Carlos III ascendió al trono británico después de la muerte de su madre. En su primer discurso como nuevo monarca reivindicó el legado de Isabel II. "Gracias por tu amor y devoción a nuestra familia y a la familia de naciones en las cuales has servido de manera tan diligente todos estos años. Que los vuelos de los ángeles te canten para tu descanso", firmó.
En los pocos meses del reinado de Carlos III el legado de su madre continúa muy presente. No es de extrañar tratándose de la reina más longeva de los británicos. En sus primeras palabras, el nuevo monarca recordó que el año 1947, con tan solo veinte años, su madre se comprometió en una transmisión desde Ciudad del Cabo a la Commonwealth a "dedicar su vida al servicio de sus pueblos". Eso fue más que una promesa: fue un profundo compromiso personal que definió toda su vida", afirmó. Qué Commonwealth podrá conservar Carlos es otra historia.