En los últimos días, y hasta el lunes, Isabel II está siendo despedida por sus súbditos como una monarca respetada y amada. Después de morir en Escocia, un país que propuso que la Reina de Inglaterra siguiera siendo su jefa de Estado incluso si se conseguía la independencia, y de atravesar todo el territorio en coche hasta Edimburgo, ahora ya está en Londres, donde permanecerá hasta su ya polémico funeral. Mientras tanto, Carlos III y la reina consorte, Camila, han empezado un tour por el Reino Unido, visitando todas las naciones que lo conforman. Y aunque se sabía que el eterno heredero no es tan querido como su madre, ya se ha podido constatar. En Edimburgo se oyeron algunos gritos contra el nuevo Rey cuando fue proclamado, aunque el centro de las críticas fue el duque de York, Andrés. En las últimas horas, Carlos y Camila han visitado Irlanda del Norte, donde el Rey ha demostrado de nuevo su mal carácter y ha recibido un aviso muy importante.
"Aquí no servimos a ningún Rey, solo a Irlanda", se puede leer en letras enormes en un campo de Irlanda del Norte, cerca de la capital, Belfast. Esta es una de las cuestiones que ahora el rey Carlos III tendrá que gestionar, aparte del referéndum en Escocia en el 2023, aunque, evidentemente, nunca puede dar su opinión sobre ninguna de las cuestiones políticas que afectan al día a día de sus conciudadanos, de la misma manera que hizo su madre durante 70 años de reinado. Ahora, en Irlanda del Norte gobierna Sinn Féin, que ha ganado por primera vez a la historia unas elecciones y partido partidario a la reunificación de las dos Irlandas, mientras los protestantes reclaman seguir formando parte del Reino Unido, a pesar del cambio de habitante de Buckingham Palace.
Gritos contra Carlos III y el príncipe Andrés
En general, el adiós de la reina Isabel II en Escocia fue solemne y tranquilo, para despedirse de uno de sus lugare preferidos al mundo y donde todo indica que ella misma escogió morir. A pesar de que mucha gente, también independentistas escoceses, salieron a la calle, en Edimburgo también hubo protestas contra el nuevo rey, que han sido del todo silenciadas, poniendo en duda la libertad de expresión del país. Por ejemplo, una mujer que exhibía un cartel donde se podía leer "a la mierda el imperialismo, abolís la monarquía", fue detenida, y en Oxford, la policía arrestó a otro hombre por gritar ¿quién lo ha escogido?" cuando se proclamó rey a Carlos III. Después de ser dejado en libertad, este chico lamentaba en el diario The Guardian que le parece "alarmante que te pueda arrestar para expresar una opinión en público, y que la gente le pedía que callara.
El nuevo monarca no ha sido el objeto de todas las críticas, sino que muchas se han dirigido hacia Andrés, el hijo preferido y más polémico de la reina, por su involucración en el caso de Jeffrey Epstein, un magnate que abusaba de menores. Un joven le gritó "eres un viejo verde" mientras pasaba la solemne comitiva del féretro de Isabel II hacia la catedral de San Gil. Por este motivo, fue detenido y acusado de "quebrantar la paz".