El rey Carlos III de Inglaterra ha destacado este domingo en su primer discurso de Navidad como monarca, la fe cristiana de su madre, a la reina Isabel II, y ha rendido particular homenaje a las personas que de manera desinteresada ayudan a los que más lo necesitan. De pie, en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, situado en las afueras de Londres, el monarca inglés ha recordado la profunda creencia de Isabel II Dios, "la luz eterna", y en la bondad de las personas para ayudar a los otros. "La creencia de mi madre en el poder de esta luz era una parte esencial de su fe Dios, pero también de su fe en las personas y es una cosa que comparto con todo mi corazón", ha sostenido.
El monarca ha destacado la creencia "en la extraordinaria capacidad de cada persona para tocar, con bondad y compasión, las vidas de los otros y hacer brillar una luz en el mundo que los rodea", ha asegurado. El rey Carlos III ha pasado la Navidad en la residencia de Sandringham, en el sureste de Inglaterra, junto con el suyos familiares más próximos.
Homenaje a las fuerzas armadas
Carlos III también ha tenido unas palabras de recuerdo para las fuerzas armadas y los servicios de emergencia que "trabajan incansablemente" para mantener en la población "fuera de peligro", así como "los profesionales de la salud y la atención social, nuestros maestros y, de hecho, todos aquellos que trabajan en el servicio público, la habilidad y el compromiso del cual están en el corazón de nuestras comunidades".
Por otra parte, el monarca ha reconocido las penurias que pasa mucha gente a causa de conflictos, hambres o desastres naturales, así como aquellos que tratan la manera de pagar las facturas eléctricas y mantener a las familias alimentadas, a raíz de la crisis. "Quiero rendir homenaje en particular a todas aquellas personas maravillosamente amables que tan generosamente dan alimentos o donaciones, o el bien más preciado de todos, su tiempo, para apoyar a los que los rodean", ha afirmado Carlos III.
Agradecimiento a la solidaridad del pueblo
"Nuestras iglesias, sinagogas, mezquitas, templos y gurdwaras se han unido una vez más para alimentar a los hambrientos, brindando amor y apoyo durante todo el año. Una solidaridad tan sincera es la expresión más inspiradora de amar a nuestro prójimo como nosotros mismos", subrayó Carlos III. El rey también ha recordado la visita que hizo hace unos años a Belén y la Iglesia de la Natividad, que, ha dicho que, fue "un deseo de toda la vida". "Si bien la Navidad es, por descontado, una celebración cristiana, el poder de la luz que vence a la oscuridad se celebra más allá de los límites de la fe y las creencias", ha añadido.
Carlos III ha grabado el discurso al lado de un gran árbol de Navidad, decorado con materiales sostenibles, como papel y vidrio, y productos naturales como piñas.