Hace calor, eso es un hecho evidente. Aunque el año pasado también hizo, no fue tan extremo como el anterior. A pesar de eso, temperaturas altas, concentración de olas de calor y récords absolutos. Según revela un nuevo estudio liderado por ISGlobal, estas condiciones de calor extremo han causado la muerte prematura de al menos 47.690 personas en toda Europa, de las cuales al menos 8.352 pasaron en España, destaca El Periódico. Se trata de la segunda cifra más alta de la última década de muertos atribuibles al calor, solo superado por los 60.000 decesos registrados durante el 2022.

Los investigadores advierten que la vulnerabilidad en el calor de los europeos ha disminuido progresivamente y calculan que, sin los procesos de adaptación del presente siglo, la carga de mortalidad durante el año pasado habría sido un 80% mayor. El estudio, publicado en la revista científica Nature Medicine, utiliza registros de temperatura y mortalidad de 823 regiones de 35 países europeos durante el 2015 y el 2019 para ajustar modelos epidemiológicos y estiman la mortalidad relacionada con el calor en cada región europea el pasado año.

Aunque, a diferencia del verano del 2022, en el 2023 no se registraron grandes anomalías térmicas, los resultados del estudio señalan dos episodios de altas temperaturas a mediados de julio y finales de agosto como responsables de más del 57% de la mortalidad global estimada, más de 27.000 muertos.

Los países del sur de Europa están más afectados

De las 47.690 muertes registradas al conjunto de países durante el 2023, un total de 47.312 se habrían producido en el periodo más caluroso del año; entre el 29 de mayo y el 1 de octubre. En concreto, los países con mayores tasas de mortalidad relacionada con el calor se encuentran en el sur de Europa: Grecia (393 muertos por millón), Bulgaria (229 muertos por millón), Italia (209 muertos por millón), España (175 muertos por millón), Chipre (167 muertos por millón) y Portugal (136 muertos por millón).

¿Quiénes son los más afectados?

Los resultados del estudio de ISGlobal, en línea con investigaciones anteriores, muestran una vulnerabilidad mayor de las mujeres y las personas mayores. Teniendo en cuenta la población, la tasa de mortalidad relacionada con el calor fue un 55% más alta en mujeres que en hombres, y un 768% más alta en personas mayores de 80 años que en personas de entre 65 y 79 años.

La adaptación social evitaría el 80% de las muertes

Con el objetivo de comprobar si ha disminuido la vulnerabilidad en el calor en Europa, el equipo científico ajustó el mismo modelo epidemiológico a las temperaturas de 2000-2004, 2005-2009, 2010-2014 y 2015-2019. Así, llegaron a la conclusión de que, si las temperaturas registradas en el 2023 se hubieran producido entre el año 2000 y 2004, la mortalidad por calor habría superado a las 85.000 víctimas, una vulnerabilidad en el calor un 80% superior al periodo 2015-2019.

En el caso de las personas mayores, el número de muertos se habría más que duplicado, pasando de 1.102 a 2.200 muertos. "Nuestros resultados muestran cómo ha habido procesos de adaptación de la sociedad a las altas temperaturas durante este siglo, que han reducido drásticamente la vulnerabilidad al calor y la carga de mortalidad de los últimos veranos, especialmente entre las personas mayores," destaca en Efe en este sentido a la primera autora del estudio, Elisa Gallo.

La investigadora, destaca la misma agencia, atribuye la reducción de la vulnerabilidad al "progreso socioeconómico general, las mejoras en el comportamiento individual y las medidas de salud pública". No obstante, advierte de la necesidad de aplicar estrategias encaminadas a reducirla más y hacer un seguimiento exhaustivo de los efectos del cambio climático en las poblaciones vulnerables, con el fin de hacer frente a los veranos "todavía más cálidos" que se acercan.