La jornada electoral francesa del pasado domingo ha sido marcada por la sorprendente victoria del Nuevo Frente Popular y la caída del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) hasta la tercera posición. La formación de Marine Le Pen, a la que los sondeos le habían llegado a pronosticar casi mayoría absoluta, se ha quedado con un palmo de narices, aunque ha podido consolidarse en algunos de sus feudos históricos, siendo uno de ellos la Catalunya Nord. Reagrupamiento Nacional ha ganado a las cuatro circunscripciones de la Catalunya Nord, incluidas en el departamento de los Pirineos Orientales.

A la primera circunscripción ha ganado Sophie Blanc con el 57% de los votos, ante la candidata de izquierdas. Esta fórmula se ha repetido en la tercera y cuarta circulación con las victorias de Sandrine Dogor-Such (56%) y Michèle Martínez (58%), respectivamente. Con respecto a la segunda circunscripción, la candidata de extrema derecha Anaïs Sabatini consiguió su escaño a la primera vuelta.

Desde hace años que la extrema derecha gana a la Catalunya Nord. En las elecciones de 2022, Agrupación Nacional ya se hizo con las cuatro circunscripciones y a las elecciones europeas las formaciones de extrema derecha se hicieron con buena parte de los votos. Hay que tener en cuenta que el alcalde de Perpinyà, Louis Aliot, es vicepresidente de RN.

Alegría por la victoria del Nuevo Frente Popular

Aunque la extrema derecha ha sido la clara ganadora a las cuatro circunscripciones de la Catalunya Nord, algunos vecinos en Perpinyà se han sumado a las celebraciones espontáneas que han proliferado por todo el país a raíz de la victoria del Nuevo Frente Popular. Justamente en Perpinyà, varios vecinos han cantado la Estaca de Lluís Llach en las puertas del Ayuntamiento haciendo ondular esteladas, banderas francesas y antifascistas.

Las celebraciones se han extendido por todo el país. En la simbólica plaza de la República, miles de simpatizantes de izquierdas se congregaron para seguir las elecciones y reventaron en alegría al saber de la victoria del Nuevo Frente Popular. En algunas ciudades del país las manifestaciones para celebrar la victoria de la izquierda desembocaron en enfrentamientos con las fuerzas de la orden, como a Lyon, Rennes, Lille y Nantes, donde habían estado prohibidas, cosa que provocó intervenciones policiales para desalojarlas con gases lacrimógenos.