A pesar de la aparente unidad conseguida en el catalanismo de Catalunya Nord sobre el nombre que puede llegar a tener la macrorregión formada por las antiguas regiones francesas de Languedoc-Rosellón y Mediodía-Pirineos, una voz, la de CDC Catalunya Nord, se aleja de la mayoría de entidades políticas y sociales que defendían la nomenclatura de Occitània-Catalunya y que ahora apoyan a la posibilidad que el nombre definitivo sea Occitània-País Català.
Efectivamente CDC en Catalunya Nord mantiene un distanciamiento con el colectivo Sem, firme defensor de la aparición de una referencia explícita a Catalunya en el futuro nombre y opta, según su presidente, Jordi Vera, para mantener un discurso propio a favor de una "entidad territorial propia".
En declaraciones a El Nacional, Vera asegura que CDC ha evitado entrar en el debate sobre el nombre de la macrorregión porque no es más que "una operación de distracción", ya que al final el resultado será que Catalunya Nord acabará "más marginalizada de lo que lo está ahora", ya que a largo plazo lo que busca la actual reforma territorial es que en el año 2019 "desaparezcan los departamentos".
Del Consell Sobirà del Rosselló al Consell General dels Pirineus Orientals
Este hecho, en opinión de Vera, comportaría la pérdida de una institución propia para los norcatalanes, cuando "a lo largo de la vinculación con Francia" siempre había conservado algún sistema de representación, desde el Consell Sobirà del Rosselló al actual Consell General dels Pirineus Orientals. "Quedarnos sin institución propia -prosigue Vera- lo consideraríamos una ruptura del pacto social que tenemos con Francia", una situación en la cual habría que replantear la relación con la República.
Es en este contexto que desde CDC se pide la constitución de una colectividad territorial propia para los territorios catalanes bajo administración francesa, siguiendo a los modelos de Córcega o de la aglomeración de Lyon, que mantienen un nivel de competencias administrativas singulares.
Además, esta posibilidad resolvería, según Vera, el problema del nombre de la nueva macrorregión, de la que ya no formarían parte los norcatalanes, porque "si no estuviera la cuestión catalana no habría ningún debate, se llamaría Occitania y en paz".
Finalmente, Vera asegura que la opción Occitània-Catalunya no tuvo ninguna opción en ningún momento, porque más allá de la "consulta pseudodemocrática" que tendrá lugar por internet, "ni los consejeros regionales están obligados a aceptar el resultado, ni el Consejo de Estado ni el Consejo de Ministros aceptarían este nombre".